Cada vez es más difícil reconocer el sello distintivo de Walt Disney. Poco o nada queda de los dibujos clásicos que recordamos de niños. Es una pena ver como mueren parte de los recuerdos de tu infancia, pero también comprendo con la cabeza fría que corren nuevos tiempos y que hay que renovarse o morir. Durante la última década la compañía de Mickey Mouse ha visto como el talento y el hambre de éxito le pasaban por encima viéndose obligados a cambiar de rumbo e incluso aliarse con la competencia, o mejor dicho, comprarla.

"Wreck-It Ralph" ("Rompe Ralph") es un ejemplo de que de Disney ya sólo queda el nombre de la compañía. Aún así es una película visualmente espectacular, dinámica y con un guión bien elaborado, salvando la falta de originalidad al observarse similitudes más que evidentes con "Tron", en lo que al villano se refiere.

Es lógico que pueda llamar la atención de los fans de los videojuegos al ver a sus personajes favoritos en un rol totalmente distinto al que están acostumbrados, pero el acierto con mayúsculas es que la historia es igualmente divertida para los que ni conocen a dichos personajes ni han jugado en su vida con una videoconsola.

El humor es la nota dominante y está muy bien trabajado, aunque la trama sea la de un villano que está cansado y triste porque está cansado de ser quien es, o mejor dicho, de estar programado para ser como es. Buen ejemplo de ello son las incursiones de Ralph como "invitado" en los diferentes juegos y sobretodo el personaje de Vanellope. Especial mención se merece el encuentro de villanos como si una reunión alcohólicos anónimos se tratase.

Aunque no llegue al nivel de Pixar (antes de ser adquirida por Disney) sigue siendo una película de un alto nivel, muy entretenida y divertida. Recomendada.

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