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España España · Madrid
Voto de Daniel:
10
Drama Historia de un matrimonio (Ilona y Lauri) cuya relación y dignidad son puestas a prueba por los duros golpes de la vida. La pareja no suele correr riesgos y vive en un modesto apartamento de alquiler. Pero Ilona (Kati Outinen) pierde su empleo como camarera en el restaurante Dubrovnik, en Helsinki. Por si esto fuera poco, acaba enterándose de que Lauri (Kari Väänänen) ya hace un mes que ha sido despedido de su trabajo como conductor de tranvía. (FILMAFFINITY) [+]
12 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descubrí a Aki Kaurismaki con su película Ariel y, a diferencia de algunos otros directores que siempre han surgido, presuntamente de estilo innovador y con aura de “emergentes autores estrella”, Kaurismaki no se olvida. Quitando aquellas dos plúmbeas cintas sobre los “Leningrad Cowboys”, a mi juicio fallidas, como algunas otras, este finlandés tiene un buen grupo de películas enteramente disfrutables.

En su estilo, con una técnica próxima a las viñetas, Kaurismaki narra aquí lúcidamente una historia emocionante en su aparente sencillez, y brillantemente estructurada. Es admirable cómo consigue que la acción se mueva, que la progresión dramática sea potente y sucedan muchas cosas, siempre lógicas y coherentes con el sentido de lo que narra, a base de una bressoniana parquedad de lenguaje y colocando en elipsis o fuera de campo cualquier momento en que hay acción física, la cual queda, de esta forma, claramente sugerida y expresada de forma efectiva y elegante.

El finlandés sitúa a sus personajes en la lucha diaria por la subsistencia material en una sociedad despiadada donde aparecen como valores negativos la rapiña empresarial, la explotación, la especulación grande o pequeña que pretende sacar provecho del débil, el riguroso materialismo e insensibilidad, y los hampones, aunque sean de poca monta. Son vistos con simpatía el hombre al que sólo queda el recurso de refugiarse en una soledad regada con alcohol y el que se derrumba materialmente de bruces contra el suelo cada noche que llega a su casa después de la infructuosa búsqueda del día.

Todo esto podría dar lugar a un tipo de film tópico e irrelevante, pero es todo lo contrario de la forma en que está hecho, manejando con maestría a actores que dan el personaje sin recurrir a gesticulaciones, y los parcos y acertados diálogos. Mención especial merece la actriz Kati Outinen, que interviene como protagonista en varios de los mejores films del director, así como Matti Pellompaa, que aquí no trabaja y había fallecido el año anterior, y, en general, un grupo de buenos actores, rostros asiduos que se repiten en las películas de este director.

Hay que añadir también, y esto es otra constante en las mejores películas de Kaurismaki, el empleo de las canciones que salpican dosificada y acertadamente estos films y que a menudo son interpretadas en directo integrándose muy bien en la acción: blues o rock, algo de jazz, bonitas canciones melódicas en finlandés, e incluso algún tango a veces, y también el frecuente sentido del humor, humor triste a menudo, muy personal, que surge en cualquier rincón de diálogo o en cualquier rincón de la acción por un momento.

Y también rezuma el film nostalgia por otros tiempos, por lo perdido que no volverá.

Todo ello crea una atmósfera que no es exagerado decir que contiene magia y hace que estas películas se disfruten y no se olviden, y “Nubes pasajeras” es una de las mejores, narrando con la comentada brillantez, una caída, pero también un levantamiento que acaba emocionando. (Daniel Nieto Ureña)
Daniel
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