Otro de los mejores Spaghettis teniendo en cuenta su poética y su imitación, en el buen sentido, del gran Sergio Leone. Aquí, incluso, a los personajes se les vacían los cargadores y tienen que recargar, todo un detalle donde en el Spaghetti Western mediano, un revólver de seis cartuchos dispara sin parar más que una ametralladora. John Phillip Law se esfuerza aquí por imitar en lo posible a Clint Eastwood, y Lee Van Cleef no necesitaba hacer nada: su mirada enigmática y aviesa y su nariz aguileña le bastaban para meterse en cualquier papel. Es otro de los estupendos actores que ha tenido el cine y es uno de esos hombres que aparentaba diez años más de los que tenía, así como otros aparentan menos. Era sólo cinco años mayor que Clint Eastwood y casi podía hacer el papel de su padre. Curioso. Otra pieza básica de los mejores spaghettis era la música del gran Ennio Morricone, que aquí tampoco falta.