Obviando los elogios merecidísimos al Sr. Dafoe (esperamos sea un regreso a papeles memorables), esta cinta está repleta de detalles magníficos que no he encontrado en otras cintas sobre este genio de la pintura, ni siquiera en la reciente "Loving Vincent", con la que creo que comparte méritos.
La fotografía, sobremanera, nos acerca al personaje. A sus miedos, a sus obsesiones, a esa etapa de su vida tan absoluta y descarnadamente intensa. El guión me parece también soberbio, pero sobre todo destacaría la sutileza, la delicadeza con que se abraza al protagonista, como si cada espectador fuese también su hermano Theo.
Recomendable, sobre todo, en versión original.