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España España · Madrid
Voto de Emma:
8
Drama Principios del siglo XX. Benito Mussolini, un joven revolucionario socialista, conoce a Ida Dalser, una mujer tan pasional como él, que lo apoyará en la lucha política, incluso cuando cambia de rumbo y sustituye el socialismo por el fascismo. Ella pone a su disposición todos sus recursos para que pueda fundar su propio periódico: Il Popolo d'Italia. Se casarán y tendrán un hijo, pero Ida descubre que su matrimonio por la Iglesia tiene ... [+]
18 de junio de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película intimista, grandilocuente y efectista, que narra la historia de Ida Dalser y del hijo que tuvo con Benito Mussolini en una aventura amorosa paralela a la relación que éste mantenía con quien luego sería su segunda esposa (Rachel, la única reconocida oficialmente por Il Duce), y con quien contaba ya con una hija de cuatro años cuando se casó con Ida en 1914, abandonándola poco después y casándose en 1915 con Rachel, a quien describiría Mussolini como la mujer de su vida.
Ida Dalser y Rachel Guido no fueron ni mucho menos las únicas mujeres importantes de Mussolini durante aquéllos años, aunque es comprensible que el film pretenda omitir a las demás y centrarse en la protagonista, Ida Dalser, magníficamente interpretada por Giovanna Mezzogiorno.
Lo peor, los saltos de eje, algunas imágenes efectistas, que no vienen a sumar, como las de las reclusas del psiquiátrico, a quienes vemos como pantallazas mucho antes de saber que Ida será internada allí, alguna inexactitud histórica como el mecanismo de escape que utiliza la Dalser, o la apariencia de los personajes mayores, que no envejecen, mientras Benito Albino crece hasta ser tan joven como sus tíos o su madre... Pero son detalles, nada de esto le quita mérito al film.
Lo mejor, la interpretación de los dos protagonistas, el imponente poder de las imágenes (Ida trepada a la reja mientras afuera nieva, lanzando incansablemente sus eternas cartas; Benito Albino imitando a su padre frente al busto que lo representa en la soledad de los pasillos del colegio...), la fuerza de su música (que aumenta su ritmo y volumen con la declaración de la guerra, los himnos partidarios en el cine, el cántico de los chicos que se burlan de la "Mussolina" y adhieren al Duce...), el peso de los escenarios (entornos recargados, coloridos y cálidos, en la primera parte, y desolados, austeros, fríos, en la segunda), la composición de las luces (en la calle, cuando Ida y Benito se encuentran; en la cama, cuando ella duerme y su cuerpo desnudo se recorta blanquecino en la oscuridad del ambiente; en el duelo, con el colorido de los rosales y la nube negra que oscurece el cielo fabril...).
Todo ello alienta a que Vincere sea una obra inolvidable y un futuro referente del cine italiano.
Emma
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