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Voto de XBMediavilla:
10
Comedia Un humilde barbero judío que combatió con el ejército de Tomania en la Primera Guerra Mundial vuelve a su casa años después del fin del conflicto. Amnésico a causa de un accidente de avión, no recuerda prácticamente nada de su vida pasada, y no conoce la situación política actual del país: Adenoid Hynkel, un dictador fascista y racista, ha llegado al poder y ha iniciado la persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de ... [+]
2 de noviembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chaplin no sólo fue un creador de sueños, además fue un director comprometido y valiente. Cuando en Europa la Segunda Guerra Mundial se encontraba en sus primeros compases y la locura de Hitler tenía la rienda suelta y sin freno, a Chaplin se le ocurrió la feliz idea de realizar una de las más brillantes parodias jamás pensadas sobre el enajenado dictador alemán, su partido nacionalsocialista y, en general, sobre cualquier forma de dictadura.

La divertida y corrosiva sátira, plena de denuncia y no exenta de amargura por las atrocidades humanas, lanza su demoledor ataque contra las bases del nazismo totalitario. Y el ataque llegó en plena contienda real.

Chaplin, inteligente y agudo, captó la esencia del nazismo a la perfección y la recreó admirablemente en esta ácida comedia. Gracias al despliegue de medios de que hizo gala y a un trabajo de puesta en escena y ambientación meticulosos, las imágenes son un puro derroche de detalles que representan hasta un extremo fascinante y ridículizante la tecnología destinada a servir a la guerra, la majestuosidad y la opulencia del palacio del dictador, la cansina tendencia de los partidos totalitarios a inundarlo todo con sus símbolos representativos (obsérvese la similitud entre las aspas de la película y la esvástica del partido real), sus gestos de identificación (el brazo alzado), los discursos fanáticos y estentóreos del dictador y las restricciones y penalidades del gueto judío.

Así mismo, el vestuario también es digno de mención. La capacidad creativa y satirizante de Chaplin continuó en la línea de "Tiempos modernos", mostrando aparatos y maquinarias que simbolizan la esclavitud humana a una tecnología utilizada con frecuencia con fines deshonestos y destructivos, añadiendo su toque de inventos y objetos inútiles o que nunca funcionan (un paracaídas de reducido tamaño, un traje antiproyectiles, plumas estilográficas que no escriben...).

Chaplin decidió sacar del “paro” a aquel personaje que le había dado la fama, aquel vagabundo llamado Charlot que durante los años del cine mudo le otorgó grandes trabajos y logros. En este caso lo usa para crear la contraposición entre el dictador y el barbero, (este último, usa el atuendo típico del nombrado personaje) pues aunque físicamente son iguales, en apariencia uno es pobre y viste como tal, el otro es un dictador con uniformes militares que dan a entender su posición social.

Por último, comentar que la película recibió un impacto increíble, incluso documentos confirman que el propio Hitler vio la película varias veces. Fue un golpe contra el sistema dictatorial. En Alemania, Goebbels, usó el cine como arma de propaganda de los ideales del partido Nazi. La película de Chaplin sirvió como arma de contraataque a esta iniciativa de Goebbels, de ahí que el presidente Roosevelt apoyase al director para acabar la película mientras muchos intentaron convencerle de que no prosiguiera con su proyecto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
XBMediavilla
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