Una película sorprendente. Desde la primera imagen, que corresponde al título de la película sobre un corazón palpitante dibujado como las antiguas presentaciones de videojuegos ochenteros, es decir, usando píxeles de colores sobre fondo negro, te das cuenta que no va a ser una película al uso. Son noventa desbordantes minutos de acción, violencia y entretenimiento. Reconociendo que no es una gran película hay que decir que lo que le falta de calidad artística le sobra de divertimento. Transcurre como una sucesión de persecuciones, peleas en algunos momentos casi como pequeños videoclips y golpes de humor que te hacen mantener la sonrisa, cuando no la abierta carcajada, desde el primer momento. Todo ello aliñado con una banda sonora de rock muy cañero que acompaña perfectamente. Mención aparte merece el amigo Jason que paso a paso va camino de convertirse (si no lo es ya) en el actor de acción por excelencia, tomando el relevo del gran Bruce Willis.
Todo esto hace de Crack una gran opción para pasar la tarde en el cine con un grupo de amigos.