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España España · S/C de Tenerife // Madrid
Voto de El Fauno:
9
Drama. Romance Joe Clay, jefe de relaciones públicas de una empresa de San Francisco, conoce durante una fiesta a la bella Kirsten Arnesen. La muchacha se muestra cautelosa al principio, debido a la afición de Joe a la bebida, pero después sucumbe ante su simpatía y se casa con él. (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2007
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Recoged las rosas mientras podais,
Largos no son los días de Vino y Rosas,
de un nebuloso sueño,
surge nuestro sendero,
y se pierde en otro sueño..."

Así, con estas premonitorias palabras lanzadas al mar en un fugaz momento mágico de la película, Lee Remick y Jack Lemmon iniciarán un tortuoso viaje a los infiernos del alcoholismo del cual les será una verdadera tortura liberarse. La historia que aquí se nos cuenta no es sólo una historia de amor, no es sólo una terrible crónica sobre el drama imparable de la bebida, es una historia de amor hacia un monstruo, un amor a tres bandas, una botella, y dos personas a cada lado, la soledad, la inevitable dependencia y el oscuro descenso y desaparición de cada uno de nuestros principios, encarnados soberbiamente en el personaje de Lee, en una persona ingenua e inocente cuya mayor ambición es poseer una vida feliz, y cuyos pensamientos van evolucionando a traves de un tortuoso sendero en el que apenas se podrá reconocer a si misma, pasando de ser una dulce jovencita de ciudad sin mucho que pedirle a la vida, a una borracha de tres al cuarto sumida en el más patético de los infiernos agarrada a una botella de Ginebra cual tesoro del que no se puede separar. Resulta irónico que del personaje que menos esperamos algo, al final sea el único que consiga salir adelante; Un Lemmon que al principio no es más que un relaciones públicas que se ve obligado a beber de manera continua para poder involucrarse con plena confianza en los intereses de sus clientes. Una persona cuyo único objetivo es cumplir con su trabajo a costa de beber lo necesario, pero que a pesar de todo posee una moral de la que apenas hace gala hasta un momento clave en el que expresa abiertamente, más insinuando que directamente, la incomodidad ética que siente a la hora de realizar un encargo concreto. La ironía de la película volverá a hacerse presente entonces, cuando precisamente por mantener sus propios ideales, por querer ser fiel a sus principios, se vea relegado a trabajos de menor enjundia que le acabarán conduciendo inevitablemente al infierno del alcoholismo depresivo, arrastrando con el a su amada esposa en una drástica decisión de la cual se arrepentirá a lo largo de su vida. De un par de copas a un par de botellas y de ahí a un camino a sin retorno, con el alcohol por bandera, y la negación como defensa. Cuando el personje de Remick se niege a reconocer su propio estado será el verdadero momento en el que se habrá codenado por si sola. Al final no será capaz de salvarse por nadie, ni siquiera por los que un día fueron su familia. Sólo el alcohol, la soledad, el vacío existencial, y ella.

Que "Días de Vino y Rosas" representa la obra maestra de Blake Edwards eso es algo incuestionable y que probablemente también signifique uno de los papeles más destacados de Lemmon otro tanto.

-Continua en Spoiler-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Fauno
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