Hay cosas demasiado flojas en esta. Es muy posible que sea la peor película de James Wan. Juega, como siempre, con los clichés del terror, pero en esta oportunidad lo hace de manera aburrida. Quizás es la ausencia de la cautivadora Vera Farmiga, porque si bien Rose Byrne es buena actriz (muy bien en Bridesmaids, excelente en los pequeños roles de las películas de X-men), su interpretación se siente poco memorable y algo falta de peso.

Es cierto que la película levanta mucho pasada la mitad (con algún twist que inesperado incluido), pero si bien el ritmo levanta, la calidad se mantiene cuestionable, con personajes algo sosos, y unos jumpscares que no llegan a impactar.

Es por eso que la aceptable o buena segunda mitad, no salvan del todo el ritmo malo y los personajes poco atrayentes que se sufren en la primera.