Todos los minutos con los detectives (y “Dos Caras”) y los mafiosos (con el Jack Napier de Nicholson) son minutos desperdiciados. Aburridos y sosos, debieron haber sido condensados. Jack Nicholson, por su parte, tiene buenas y malas como el Guasón. En general, está aceptable, pero por momentos se sale del personaje demasiado y sus ridiculeces demasiado tontas, lo que termina cansando más que divirtiendo. Especialmente patética es toda la escena en el museo, por ejemplo.

De allí, todo va a peor, empezando por lo más importante, Batman, que simplemente no es una figura imponente. Pero bueno, digamos que de alguna manera impone miedo en los criminales. Su otra mitad, Bruce Wayne, es incluso peor. Una figura sin carisma ni atractivo físico, que no hace ningún esfuerzo para esconder su traumada y repelente personalidad. ¿Cómo no sospecha todo Gotham de este excéntrico y retraído personaje sin vida social, con el dinero para sustentar la excentricidades mostradas por “El Batman”?

Vicky Vale, una hermosísima mujer profesionalmente de lo más exitosa, se enamora de este Bruce sin ninguna razón. Bruce es apático, extraño, socialmente inepto y físicamente poco (o nada) atractivo. No tengo más que pensar que fue su riqueza lo que llamó su atención, ya que no hay más en el guion. Pero una figura como ella, tan dedicada a su carrera, no es presentada como alguien tan superficial capaz de ello, así que esto simplemente no cuela. Más tarde en la película querrán justificar que es la curiosidad despertada por el multimillonario “misterioso”. Pero no, porque cuando esto sale a la luz en la trama, ella ya se había interesado en él. Es más simple, está mal hecho.

Y podría seguir con el malísimo alivio cómico en Knox (el periodista), la ridícula presencia (y luego total desaparición) de la fuerza policial de Gotham, o el hecho que jamás sepamos la filosofía que motiva a Bruce a combatir el crimen, ni por qué mata a Guasón en el momento que lo hace, por qué no antes (cuando tuvo oportunidades), y por qué matar es aceptable por venganza personal pero no para salvar la ciudad, o en caso de siempre estar mal, ver al personaje reflexionar y lidiar con el asesinato cometido al final. Incluso la serie animada de los 90’s inquirió con más profundidad la psicología y filosofía que explica a Batman.