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Voto de David_Holm:
1
Aventuras. Drama. Bélico. Romance Año 1939. Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman) es una aristócrata inglesa frívola y superficial. Un matrimonio sin amor y sin hijos le ha privado de todo lo que que no sea su cuadra de caballos. Convencida de que su marido le es infiel, Sarah viaja desde Londres hasta Darwin, en Australia, para enfrentarse con él. Su guía, Drover (Hugh Jackman), es un ganadero tan tosco como refinada es Sarah. La profunda antipatía que se profesan se ... [+]
11 de abril de 2009
47 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de varios años de plácida ausencia de las salas de proyección, habiendo casi olvidado el desagradable olor a palomitas, engañado, secuestrado al fin y al cabo, termino en un centro comercial con dos únicas opciones, entrar a ver Australia o... bueno, en realidad no había alternativa, pretendía darle un enfoque optimista que no tiene. “¡Por lo menos veré ornitorrincos!”, me intenté animar.

Muy poco tardó en ser desplazada la ballena de mis pesadillas, uno difícilmente se puede reponer a la contemplación de la actual Nicole Kidman abarcando tropecientos metros. La ex-bicivoladora es como una reproducción en cera de ella misma en el museo de Madrid, la textura de su cara es exacta y se parece tan poco a su versión pasada, como las terribles figuras que pueblan el grotesco museo, a los personajes a los que “dan muerte”.

Uno tenía la sensación de que Luhrmann tuviera un acceso de edwoodismo (sin el encanto casposo de a quien le apasiona su trabajo): "¿una mujer estirada metida a ganadera?, ¡ideaza!, la incluimos; ¿qué más tenéis por ahí?, ¿un viejo que canta imitando la postura de un flamenco?, ¡genial!, dentro; ¿un niño que no sabe conjugar los verbos?, ¡chupi!, jamás a nadie se le ocurrió, lo metemos también; ¿tenéis una estampida en el ordenador?, pues la uso también; ¿y aviones, tenéis aviones?, ¿sólo en un bombardeo?, pues maravilloso, pondremos un bombardeo, ¿y un pulpo gigante?, ¿tenéis un pulpo gigante?, ¿no, eh?, pues tú, sí tú, me vas a poner acento ruso, que siempre aporta matices".

Planeando dulces venganzas hacia los que urdieron, con nocturnidad, aquel momento; me sobrevino inesperadamente el final, “vaya, pues la duración en la taquilla estaba equivocada, ¡menos mal!”, pero no, no lo estaba, la película acaba varias veces para luego continuar, Luhrmann es un ser perverso, sádico, hace que te ilusiones con el cese temporal del sufrimiento fílmico, para regresar desde el fundido a negro con más reses, caras estiradas, malos de cómic y hasta Judy Garland (“¿tenéis una cinta con Judy Garland cantando Over the Rainbow?, ¡estupendo!, le haré un hueco").

165 minutazos que ya no volverán, pero eso no es lo peor, en esos once insufribles cuartos de hora, el señorito incluyó todo tipo de disparates, pero no tuvo tiempo de meter, en una película que transcurría en Asutralia, ¡ni un miserable plano de un ornitorrinco!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
David_Holm
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