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España España · San Petersburgo
Voto de Silver Cravat:
7
Aventuras En la segunda mitad del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se hizo célebre por sus victoriosas campañas contra los musulmanes durante la reconquista del Reino de Valencia. Acusado injustamente de traición, Rodrigo mata en duelo al padre de Jimena, que lo rechaza y se encierra en un convento. Este es el punto de partida de numerosas peripecias: las intrigas del conde García Ordóñez, el desafío del rey Ramiro de Aragón y ... [+]
30 de enero de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya desde su muerte la figura de Rodrigo Díaz de Vivar fue manipulada por los nobles, el clero y el pueblo. Se creó un mito que saltó de romance en romance al igual que de boca en boca. Dándole alas al recuerdo de un guerrero audaz hasta hacerlo tocar el cielo.

Pues bien, el largometraje "El Cid" es digno heredero de la leyenda cidiana y se convierte en el máximo divulgador del héroe castellano a nivel mundial.

Cuando Samuel Bronston pensó en el personaje del Cid, sólo tenía intención de hacer una superproducción que atrajese al público a los cines, utilizando una fórmula que en Hollywood conocían muy bien: pareja protagonista atractiva y con tirón envuelta en apasionada historia de amor en un trasfondo de épicas batallas con cientos de extras, cuidados decorados y vestuario, acertadas localizaciones con castillos y una hermosa banda sonora. Para ello reunió a lo mejor de aquel momento entre actores, técnicos y equipos.

En la fotografía Robert Krasler conocido por su labor en El Tercer Hombre; en la dirección artística Veniero Colasanti y John Moore candidatos al Oscar por su trabajo; extraordinaria banda sonora Miklós Rózsa.

Sofia Loren estaba en su plenitud física, más atractiva que nunca. Charlton Heston estaba en su momento más dulce.

Un Anthony Mann en horas bajas, fue el elegido para dirigir la película, cambió pistolas por espadas. El film tiene un regusto claro a western donde Mann había brillado con títulos como “El Hombre de Laramie”, “Horizontes Lejanos” o “Colorado Jim”. Además “conocía España”, puesto que estaba casado con Sarita Montiel (que tuvo papeletas para encarnar a doña Jimena).

El resultado fue un épico film, donde Mann no supo sacar todo el partido a las escenas románticas entre doña Jimena (Sofía Loren) y el Cid (Charlton Heston). Tampoco hay que culparle totalmente por la falta de química entre los protagonistas, parece ser que la Loren complicó el rodaje con actitudes altivas y de estrella. Pero la obra brilló en los duelos, las batallas y en dotar al héroe de una gran hombría, valor, fuerza, justicia y obstinación. Presentándolo como un enviado de Dios para defender a España contra el invasor, una especie de iluminado divino repleto de valores honorables que habían sacado de los cantares de gesta y otras obras adoctrinadoras del medievo.

Pero ante todo, El Cid, es el portentoso derroche de un Heston en el mejor momento de su carrera tras protagonizar “Ben-Hur”. Insuflando vida a un personaje que hasta entonces había alimentado el imaginario popular, adueñándose totalmente del mito o el espíritu del héroe del cuerpo del actor. El rostro de El Cid es el de Charlton Heston.
Silver Cravat
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