Ingmar Bergman demuestra una vez más que es un cineasta impecable. Con "El séptimo sello", nos ofrece su visión sobre una época medieval atormentada por la locura humana y el fanatismo religioso. Esta pelicula es un fiel reflejo de los miedos y preocupaciones que el cineasta sueco nos ofrece a lo largo de toda su carrera. En "el séptimo sello" nos muestra sus preocupaciones mas arraigadas a través de los distintos personajes que cuestionan los aspectos mas existenciales del ser humano, convirtiendo la pelicula en una profunda meditación sobre el sentido de la vida.

Bergman plantea el problema a través de un caballero de Las Cruzadas, que al regresar de ellas comprueba con impotencia como la peste hace estragos, reclamando vidas con una indiferencia sombría. Pero el silencio de Dios parece ser la única respuesta que recibe el ex cruzado, la ausencia de respuestas hace que se cuestione el enigma de la existencia de Dios. Es por su encuentro con la encarnación de la muerte que piensa encontrar la clave, ya que es la misma muerte quien debe liberar el alma de su cuerpo para alcanzar la luz divina. La muerte sería la clave del enigma de la existencia y por lo tanto el caballero le ofrece una partida de ajedrez, con el fin de hallar respuestas a sus ignoradas preguntas.

La religión también es un aspecto trascendental de la pelicula, con ella se refleja el absurdo e inhumano fanatismo irracional de la época medieval. "El séptimo sello" es una película universal y maravillosa, que tiene un ambiente único y mágico, un atmósfera sombría y pesimista, pero a la vez bella y lírica.

Los actores son sencillamente inolvidables, Max von Sydow, Bibi Andersson y el escudero Gunnar Björnstrand, quien aporta pequeños toques de humor. Las imagenes se encuentran entre las más bellas, rodadas en blanco y negro y con su habitual despliegues de primeros planos, que juntos a la magnifica utilización de luz hacen de ella un registro escultórico, que queda con facilidad grabada en la memoria del espectador.

En resumen, "El séptimo sello" es un verdadero juego de espejos. Diálogos suntuosos, humor, miedo, una hermosa foto de contrastes, una hermosa interpretación, una obra que se puede ver y revisar hasta la eternidad.