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España España · A Coruña
Voto de Carli:
9
Drama Japón feudal, siglo XVI. Adaptación del "Macbeth" de William Shakespeare. Cuando los generales Taketori Washizu y Yoshaki Miki regresan de una victoriosa batalla, se encuentran en el camino con una extraña anciana, que profetiza que Washizu llegará a ser el señor del Castillo del Norte. A partir de ese momento, su esposa lo instigará hasta convencerlo de que debe cumplir su destino. (FILMAFFINITY)
9 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Mirad este lugar desolado, donde hubo un imponente castillo cuyo destino cayó en la red de la lujuria de poder, donde vivía un guerrero fuerte en la lucha pero débil ante su mujer que le empujó a llegar al trono con traición y derramamiento de sangre. El camino del mal es el camino de la perdición y su rumbo nunca cambia”

Tan solo uno de los más grandes podría haber adaptado de un modo tan maravilloso una de las obras magnas de William Shakespeare. Kumonosu-jô es extremadamente fiel a la obra del dramaturgo inglés, sin dejar por ello de ser ingeniosa y escalofriante. En esta versión de Macbeth ambientado en un Japón marcado por el feudalismo, Akira Kurosawa aprovecha para tratar temas habituales en su filmografía, tales como la decadencia humana, las dudas existenciales a las que se enfrenta el ser humano o el implacable curso del destino, todo ello con una gran profundidad filosófica en sus personajes, ejemplificando la universalidad del texto shakesperiano

Dos generales japoneses, Taketori Washizu y Yoshaki Miki, regresan victoriosos tras una dura batalla, de camino a casa para ser condecorados por sus superiores. Ambos cabalgan por un bosque en medio de la lluvia. Durante el trayecto se encontrarán con una extraña anciana que predice que el samurái Washizu se convertirá en un futuro en el dueño del Castillo de las Telarañas, mientras que el hijo de su compañero lo sucederá en el trono. Ese espíritu maligno encarnado en una vieja mujer desaparecerá sin dejar rastro. Una vez en casa, su esposa le incitará para que cumpla la profecía de la señora para convertirse en el dueño de la mansión, elaborando un trabajado plan para conseguir su propósito. Las predicciones de la anciana se irán cumpliendo punto por punto, aunque con la estimable colaboración de la mujer del protagonista.

El eje central del filme es el dilema que se le plantea al personaje principal, teniendo que decidir si acceder al trono traicionando a su señor y a su mejor amigo o por si el contrario mantiene sus fuertes códigos que residen en la lealtad y la fidelidad. Estas convicciones se pondrán a prueba debido a su esposa, sucumbiendo ante la ambición desmedida de ella, llevándole a una sed de poder insaciable que le hará perder el control de su mente, provocando un descenso a los infiernos que le llevará paulatinamente a la locura.

El cineasta nipón emplea la música y unos paisajes cubiertos por una densa niebla para dotar a la película de una atmósfera mística, poderosa e inquietante. El ritmo resulta más pausado que en otros trabajos posteriores suyos, eludiendo las escenas de acción y abundando en planos de mayor duración. Una obra completísima, con una dirección de actores excelentes y que versa sobre la naturaleza del bien y el mal, sobre esa ambición despiadada que lleva al ser humano a la paranoia y la ruina.

Una de esos ejercicios cinematográficos por los que no pasa el tiempo. Un clásico.
Carli
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