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Voto de Jose Luis:
7
Drama Cecil Gaines (Forest Whitaker) fue mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2013
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda alguna ésta "El Mayordomo" va a ser candidata desde ya a todos los galardones posibles cuando llegue la temporada de premios.

Rodada de forma muy íntima y sin grandes alardes, supone la mirada personal de un hombre que a priori podría pasar desapercibido, pero que sin embargo fue testigo de como a su alrededor se iba gestando una época de cambios drásticos en lo referente a los derechos de la comunidad afroamericana. Un hombre, un mayordomo, que fue casi la mano derecha de los numerosos presidentes a los que sirvió durante años.

Forest Whitaker interpreta a ese mayordomo, Cecil, y realiza una intensa interpretación que, sin embargo, ofrece un personaje ante todo, discreto, pues su participación en lo referente a temas presidenciales se basaba en ser el hombre de confianza más cercano al líder. El que oía y veía todo pero sabía que ganaba más si se mantenía al margen y callado. Obviamente y dado el avance de las circunstancias llegará un momento en el que no podrá seguir ajeno a lo que ocurre a su alrededor.

La cinta va alternando entre épocas según los mandatos presidenciales (Eisenhower, Reagan, Johnson, Nixon, Kennedy...) y la situación en cada uno de ellos de la comunidad afroamericana en lucha por sus derechos civiles. Aparecen por lo tanto los movimientos de Martin Luther King, el nacimiento de los Panteras Negras, la difícil situación del apartheid sudafricano, la Guerra de Vietnam... todo ello tratado con veracidad, con muchísimas imágenes de archivo, pero al mismo tiempo con el suficiente tacto como para dotar a la película de un sentido de la humanidad bastante notable.

Es también veraz en el sentido de las discrepancias subyacentes dentro de la propia comunidad afroamericana acerca de la posición ante los diferentes gobiernos o su papel dentro de una sociedad dominada por una mayoría blanca (véase por ejemplo la conversación en la cena familiar a propósito de Sidney Poitier), al mismo tiempo que ofrece reflexiones acerca del papel de personas, en principio subyugadas, pero que resultan ser los principales baluartes de la lucha por el reconocimiento de los derechos civiles (por ejemplo la magnífica reflexión de M.L. King, acerca de como los mayordomos negros simbolizaban los primeros elementos insurgentes al dar ejemplo de trabajo duro realizado con dignidad, fidelidad, respeto y confianza).

Pero la película no trata solo de elementos políticos y lucha social, sino que al mismo tiempo se realiza un pequeño retrato de la difícil situación familiar que atravesaba Cecil, pues su hijo era un activista político bastante comprometido con la lucha del pueblo afroamericano, y el propio Cecil tenía que mantenerse fiel a un presidente de otra raza, con lo cuál la situación no era precisamente sencilla, más cuando él mismo se siente en muchos momentos como si no supiera dónde está realmente o qué hacer.

A destacar el papel de Oprah Winfrey como Gloria, la esposa de Cecil. Es innegable la buena química que existe entre ella y Whitaker mostrándonos un matrimonio creíble y cercano (atención a la escena cerca del final que aclaro en el spoiler) que dota de aún más sentimiento a la propuesta.
Obviamente esto tiene una doble lectura según el rasero con que se mida, pues puede resultar muy maniqueo y artificial para dirigir y controlar los sentimientos del espectador, tal y como hizo Lee Daniels con su obra precedente "Precious". Pero esos momentos funcionan (aclaro en el spoiler) porque ocurren alrededor y en la vida de un hombre sencillo. Un hombre que no aspiraba nada más que a hacer bien su trabajo y poder sacar adelante a su familia. Un hombre que estuvo al lado de los hombres más poderosos del planeta y supo mantenerse en su papel en todo momento, callándose incluso cuando por dentro estaba deseando alzar la voz (la decisión de Nixon sobre los Panteras Negras, por ejemplo).

La puesta en escena es sobria y elegante, la fotografía en tonos muy apagados dota de una atmósfera clásica a la cinta y la banda sonora es minimalista y agradable. Es decir, todos los ingredientes que suelen tener este tipo de películas para conseguir premios.
Atención también a la labor de maquillaje para representar a los diferentes presidentes, interpretados entre otros por Alan Rickman, James Marsden, Robin Williams o Liev Schreiber, aunque John Cusack no me parece que pegue mucho como Nixon.

Un 7 en definitiva. Obras como esta son necesarias para que no se olvide el trabajo y el esfuerzo que supuso y supone, la lucha por los derechos civiles de todos los ciudadanos (ya no solo afroamericanos) del mundo, sean de la raza, etnia o religión que sean. En la línea de la reciente "42", pero con un toque menos épico y deportivo, Lee Daniels construye un drama salpicado de pequeños momentos cómicos (la cinta tiene muy pequeños detalles de humor bastante funcional), muy bien interpretado y con un guión que resulta veraz, acertado y respetuoso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose Luis
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