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Voto de Bea Veloso:
9
7,6
5.972
Serie de TV. Romance. Drama
Miniserie de TV (2020). 12 episodios. Marianne (Daisy Edgar-Jones) y Connell (Paul Mescal) son dos jóvenes que intentan madurar en la Irlanda sumergida por la crisis financiera del 2008. Adaptación de la novela de Sally Rooney, definida por The New York Times como la primera gran escritora 'millennial'.
24 de enero de 2021
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que tengo que decir es que he disfrutado de todas y cada una de las escenas de esta delicada miniserie.
Disfrutar es algo que se puede hacer de muchas maneras; y yo he disfrutado suspirando, llorando, me he frustrado y hasta he querido tener la capacidad de ser la voz en off para empujar a los dos protagonistas a hacer lo que debían (o mas bien, lo que yo creía que debían hacer). He disfrutado del paisaje, de las conversaciones, del cuerpo de ambos, de sus vidas y de sus peculiares ‘amigos’.
Algunas tomas me han recordado a aquellos amigos que tenía Logan en ‘Las chicas Gilmore’. Aquella ‘Brigada de la vida y la muerte’ de la que todos querríamos haber podido formar parte. Si no entienden esta referencia, les ruego encarecidamente que corran a ver una de las mejores series que existen y existirán. Si la han entendido: bienvenidos a mi equipo.
Lo mejor que he visto junto con Love Life en 2020. Ambas rodeando la misma temática, en la que lo principal son las relaciones, pero haciéndolo de una manera tan diferente que compensa muchísimo ver ambas.
Ha sido como revivir One Day (Siempre el mismo día), ese libro del que me enamoré y esa película que me descubrió a Jim Sturgess. Aquella película en la que empecé echar cuenta de la existencia de Anne Hathaway (algo que debería haber hecho hacía mucho tiempo). Mismo concepto, pero distintas personalidades. Una relación entre dos personas que se quieren, para bien o para mal, a lo largo de los años.
He disfrutado muchísimo de todo, pero creo que tengo que centrarme en los dos personajes principales.
He de reconocer que comencé la serie con muchísimas ganas. Pero la realidad ha superado la a la expectativa. Es lo mejor que he visto en mucho tiempo en una actuación, tanto femenina como masculina. Incluso al ver a Marianne, me he acordado de aquella sutilmente explosiva Eva Green de la que nos enamoramos todos viendo ‘The dreamers’ (parece que lo mío va de referencias cinematográficas).
También tengo que reconocer el desprecio que sentí hacia Connell en los primeros momentos. Entre toma y toma, he ido enamorándome sin saber ni cómo ni por qué, de ese melancólico e introvertido chico del rural irlandés, al que por cierto no le entiendo ni una sola palabra de lo que dice, pero me gusta mirar mientras habla. Ese acento me trae loca, aunque no creo que esté siendo la objetividad en persona ahora mismo. Es lunes, y los lunes uno siempre se siente más frío y solo.
Disfrutar es algo que se puede hacer de muchas maneras; y yo he disfrutado suspirando, llorando, me he frustrado y hasta he querido tener la capacidad de ser la voz en off para empujar a los dos protagonistas a hacer lo que debían (o mas bien, lo que yo creía que debían hacer). He disfrutado del paisaje, de las conversaciones, del cuerpo de ambos, de sus vidas y de sus peculiares ‘amigos’.
Algunas tomas me han recordado a aquellos amigos que tenía Logan en ‘Las chicas Gilmore’. Aquella ‘Brigada de la vida y la muerte’ de la que todos querríamos haber podido formar parte. Si no entienden esta referencia, les ruego encarecidamente que corran a ver una de las mejores series que existen y existirán. Si la han entendido: bienvenidos a mi equipo.
Lo mejor que he visto junto con Love Life en 2020. Ambas rodeando la misma temática, en la que lo principal son las relaciones, pero haciéndolo de una manera tan diferente que compensa muchísimo ver ambas.
Ha sido como revivir One Day (Siempre el mismo día), ese libro del que me enamoré y esa película que me descubrió a Jim Sturgess. Aquella película en la que empecé echar cuenta de la existencia de Anne Hathaway (algo que debería haber hecho hacía mucho tiempo). Mismo concepto, pero distintas personalidades. Una relación entre dos personas que se quieren, para bien o para mal, a lo largo de los años.
He disfrutado muchísimo de todo, pero creo que tengo que centrarme en los dos personajes principales.
He de reconocer que comencé la serie con muchísimas ganas. Pero la realidad ha superado la a la expectativa. Es lo mejor que he visto en mucho tiempo en una actuación, tanto femenina como masculina. Incluso al ver a Marianne, me he acordado de aquella sutilmente explosiva Eva Green de la que nos enamoramos todos viendo ‘The dreamers’ (parece que lo mío va de referencias cinematográficas).
También tengo que reconocer el desprecio que sentí hacia Connell en los primeros momentos. Entre toma y toma, he ido enamorándome sin saber ni cómo ni por qué, de ese melancólico e introvertido chico del rural irlandés, al que por cierto no le entiendo ni una sola palabra de lo que dice, pero me gusta mirar mientras habla. Ese acento me trae loca, aunque no creo que esté siendo la objetividad en persona ahora mismo. Es lunes, y los lunes uno siempre se siente más frío y solo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Cambiando de tercio y volviendo a lo que nos compete aquí: he odiado ver a Marianne refugiarse en los brazos de otros hombres, pero a la vez he encontrado sorprendida al poder empatizar con ella en esas ocasiones. Uno no puede estar eternamente esperando a la persona de sus sueños de adolescencia. Lo que no he llegado a entender es esa forma de torturarse estando con personas que no la querían como debieran. Marianne acepta esa forma de tortura porque piensa que es lo que merece, o eso es lo que puedo llegar a extrapolar. Al igual que acepta ciertos tipos de prácticas sexuales que solo se entienden si tenemos en cuenta esto mismo, que ella cree no ser merecedora de un amor normal, no tóxico.
Desde sus relaciones familiares con un padre maltratador, un hermano cortado por el mismo patrón y una madre sumisa; pasando por sus relaciones de instituto para acabar con sus relaciones de amistad. Ella siempre, siempre, se siente menos de lo que es.
Puede que entender la forma de actuar de su madre llegue a resultar imposible, pero es una mujer bajo un síndrome de Estocolmo, una mujer incapaz de defender a su hija, primero por la influencia de su marido para seguir con la de su hijo.
Ambos personajes, incluyendo a todos los secundarios, se pasan más de la mitad del tiempo a la defensiva. ‘Tu eres más listo. No, yo lo soy más’. Si algo tengo que criticar, sería esto sin pensarlo dos veces. Llega a ser muy irritante.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que él muestra sus sentimientos en forma de te quiero en más de una ocasión, mientras que ella, a pesar de ser la que más lo siente, se lo calla.
Llega a parecer en ciertos momentos que lo único real en sus vidas es el vínculo con el otro. Creo que eso es lo que los engancha y los mantiene unidos.
Adoro ver cómo esta serie tiene un desenlace agridulce. Como espectadora, en este tipo de series siempre espero que el final me complazca, que sea feliz. Pero en este caso me ha parecido el final perfecto para dos personas que finalmente se dan cuenta de que tener una relación sana, lo es todo. Y así lo demuestran con sus decisiones, ella siendo sincera y él siendo valiente. Cuando vean el final entenderán lo que les digo.
En resumen: esta serie de una única temporada me ha hecho feliz durante unos dos escasos días que he tardado en verla y eso, al final, es lo que busco en el entretenimiento. Véanla, por favor, no se arrepentirán.
Desde sus relaciones familiares con un padre maltratador, un hermano cortado por el mismo patrón y una madre sumisa; pasando por sus relaciones de instituto para acabar con sus relaciones de amistad. Ella siempre, siempre, se siente menos de lo que es.
Puede que entender la forma de actuar de su madre llegue a resultar imposible, pero es una mujer bajo un síndrome de Estocolmo, una mujer incapaz de defender a su hija, primero por la influencia de su marido para seguir con la de su hijo.
Ambos personajes, incluyendo a todos los secundarios, se pasan más de la mitad del tiempo a la defensiva. ‘Tu eres más listo. No, yo lo soy más’. Si algo tengo que criticar, sería esto sin pensarlo dos veces. Llega a ser muy irritante.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que él muestra sus sentimientos en forma de te quiero en más de una ocasión, mientras que ella, a pesar de ser la que más lo siente, se lo calla.
Llega a parecer en ciertos momentos que lo único real en sus vidas es el vínculo con el otro. Creo que eso es lo que los engancha y los mantiene unidos.
Adoro ver cómo esta serie tiene un desenlace agridulce. Como espectadora, en este tipo de series siempre espero que el final me complazca, que sea feliz. Pero en este caso me ha parecido el final perfecto para dos personas que finalmente se dan cuenta de que tener una relación sana, lo es todo. Y así lo demuestran con sus decisiones, ella siendo sincera y él siendo valiente. Cuando vean el final entenderán lo que les digo.
En resumen: esta serie de una única temporada me ha hecho feliz durante unos dos escasos días que he tardado en verla y eso, al final, es lo que busco en el entretenimiento. Véanla, por favor, no se arrepentirán.