Gran serie que puede recordar a la estadounidense "Heroes" por el tema de superpoderes pero eso sólo al principio, pues, para mí, me recuerda más a "Skins" por el tema de los problemas sociales que sufren los protagonistas.

Lo bueno de ser una serie británica es que son sólo seis capítulos. Sí, suena extraño pero en tan pocos episodios no se entretienen con tonterías y van directo al grano, nada de perderse en subtramas o historias sin sentidos. Son cuarenta minutos el capítulo y engancha bastante. Los créditos iniciales ya nos deja ver que estamos ante una serie moderna pero muy trabajada. Ritmo bastante alto, tramas muy conseguidas aunque algún fallo se le puede encontrar y la música bastante pegadiza. Salvo lo anteriormente mencionado, pocos errores se le pueden encontrar.

Lo mejor de la serie es su reparto, en especial Nathan, interpretado por Robert Sheehan, que no es el protagonista pero casi. Es un personaje que odiarás por lo borde y estúpido que es pero te reirás con las ocurrencias que tiene. Parece un chico tonto pero es muy inteligente. Encima, es el único que no sabe qué poder tiene. Es de esos personajes que no te olvidarás.

En fín, una muy buena serie británica que en unos días puedes ver y no te arrepentirás...


LO MEJOR: El argumento. El ritmo. Que engancha. Nathan
LO PEOR: Algún fallo en el argumento.