Ya estamos otra vez con los sesudos análisis de un simple producto de entretenimiento. Si es que hay algunos que por más decepciones que parecen llevarse, no aprenden; no terminan de entender de qué va esto.

Cuando entré al cine a ver esta película (que no conocía de nada), era simplemente para pasar 2 hrs. entretenidas. En el cartel vi mar, buceo, y vi a Paul Walker (inexpresivo, ciertamente, pero con muy buenas vibraciones, como en Joy Ride), y me dije: vamos a probar qué tal. Pero ya está, sin más tensiones.
Lo que no hice fue ponerme serio y estirado, y entrar en el cine con el listón por las nubes esperando ver el nuevo 'El Padrino' o el nuevo 'E.T.'. Igual que si entro en un restaurante de comida rápida tipo McDonald's; no espero encontrarme un super-chef en cocina, ni un maître que me acomode y me informe de las recomendaciones del día, o de lo fresco que está el pescado del McFish. Ridículo, ¿verdad?
Pues vale ya de tanto refunfuñar con que "los malos" son de juguete y siempre pierden, y los buenos son polifacéticos, esculturales y siempre ganan.
Está claro que no pretende ser real; como los cuentos de los hnos. Grimm tampoco lo pretendían. No sé por qué algunos insisten en analizarla por ese rasero.

Para los que gusten de pasar un rato entretenido, dejarse llevar por las imágenes y ensoñar un poco con el buceo de las Bahamas, es una película con fantasía, mucho color azul (mucho buceo), un ambiente juvenil no llegando a adolescente (aunque las películas americanas de/con acción, por definición, tienden a tener ese retrogusto adolescente), desenfadada, y con acción pero sin agobios (ese efecto "tila" que imprime a sus películas Paul Walker).

Lógicamente, la película no requiere pensar nada. Es más, de hecho no conviene intentar pensar. Al entrar a verla hay que apagar el chip del sentido común y dejarse llevar. Por lo demás, estupenda, con unos colores también estupendos, y una sensación marítima muy presente y muy agradable (sobre todo quizás para quien haya crecido cerca del mar). Se sale de verla con un sensación positiva y agradable (casi casi como si de verdad hubieras pasado un día buceando por las Bahamas).

La recomiendo sin duda... siempre que se vaya a verla con una actitud razonable, claro.