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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
7
Thriller. Terror Will y Eden perdieron a su hijo años atrás. La tragedia afectó su relación de forma irreversible, hasta el punto de que ella desapareció de la noche a la mañana. Un día, Eden regresa a la ciudad; se ha vuelto a casar y en ella parece haber cambiado algo, convirtiéndola en una presencia inquietante e irreconocible incluso para Will.
6 de abril de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La invitación - The Invitation

Karyn Kusama es una directora y guionista de cine nacida hace 52 años en el barrio de Brooklyn, N.Y. totalmente desconocida para este cronista y de la que no había visto absolutamente nada. Pero al husmear con la intensidad y determinación de un insaciable sabueso entre los anaqueles virtuales de Netflix, encuentro “La invitación”, un estupendo film de la cineasta neoyorkina estrenado hace ahora tres años. Se trata de un thriller psicológico con considerables dosis de suspense, terror y misterio como para mantener al espectador en ascuas durante algo más de hora y media.
Y no voy a caer en la exageración de calificar “La invitación” como extraordinaria pero sí debo reconocer se trata de una muy buena película que cumple con todas y cada uno de los objetivos que persigue.
Desde el comienzo mismo, Kusama ya nos previene -o nos envía una sobrecogedora señal- de lo que se nos avecina a través de una escena que bien pudiera suponer la cruel metáfora de los hechos que van a ser revelados a lo largo del metraje.
Es noche cerrada y al confinar -ahora que el término es ya de dominio público y una buena parte de la población, no hay mal que por bien no venga, ha descubierto su significado- a un grupo de amigos durante el transcurso de una distendida cena en el interior de la casa de una elegante urbanización de Los Ángeles, Kusama dispone del dispositivo escénico perfecto para crear la atmósfera adecuada.
Hábilmente, dosifica la temperatura de la amigable reunión en un lento crescendo que, poco a poco, se tornará irrespirable. Sorprenden los desplazamientos de cámara y la agilidad con la que ésta se mueve a través de los interiores y el jardín de la casa. Aprovecha sus amplios ventanales y el espacio exterior ajardinado para crear, desde dentro y desde fuera, efectos y reflejos visuales en los que ojos indiscretos y turbadoramente inquietantes vigilan los movimientos de unos y otros. Un astuto y bien planificado tratamiento del guion permite a nuestra directora jugar con el espectador y mantenerlo constantemente desconcertado sin que éste logre vislumbrar el desenlace y ajeno de si lo que se le muestra es el preludio de una broma inapropiada con final feliz o la oscura antesala de una espantosa tragedia.
Y si a usted, mi improbable lector, le gustan las emociones fuertes, si disfruta de la espesa bruma nocturna que precede al amanecer y si, como dijera aquel estrafalario personaje televisivo, la noche le confunde, esta, no lo dude, es su película.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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