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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Drama. Romance París, 1928. Tras la Revolución Rusa de 1917 y, después de varios años de exilio, un grupo de súbditos leales al zarismo sigue buscando el rastro de la Gran Duquesa Anastasia, la única superviviente de la matanza de Ekaterimburgo (1918), ciudad donde los bolcheviques de Lenin acabaron con la dinastía de los Romanov. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para muchos, Anastasia será siempre aquella película de la factoría Disney que vieron de niños y quizás para algunos otros sea el nombre de una leyenda. Pero también es el título de esta película de Litvak que, adaptando un trabajo teatral de Marcelle Maurette trata de acercar al gran público la figura de Anna Koreff, presunta,con muchos interrogantes, Anastasia, heredera de la fortuna del imperio Romanov.

Litvak es un director excelente que por sus orígenes había bebido de las mismas fuentes de que se nutría su historia y que conduce el film por la estrecha línea de lo posible pero dejando en todo momento esa sensación de duda razonable. En ese sentido, Litvak se ajustó a unos hechos ocurridos en unos años donde las pruebas de ADN o la modificación evolutiva de los rasgos por ordenador ni siquiera entraban en el terreno de las palabras comprensibles. Es por ello que su película juega con los espectadores al "quien es quien" meciéndonos entre el tal vez si y el tal vez no al son de la excelente partitura de Alfred Newman Y, precisamente por la misma razón tampoco ofrece conclusiones dejando que seamos nosotros quienes elijamos el final de la historia.

Estamos ante una obra interesante que sabe retratar con una creíble fidelidad la magnificencia decadente de la aristocracia rusa en el exilio parisino y danés así como sus todavía intactas esperanzas de recuperar los paraísos perdidos a manos de un pueblo, el ruso, harto de hambres y miserias. Y Litvak es un excelente retratista que sabe utilizar de forma conjuntadamente perfecta color y decorados. Pero todo ello, historia, color, música y decorados se hubiese quedado en simple bisutería sin ella, sin una Ingrid Bergman regresando de su exilio italiano y europeo para enfrentarse a la misma sociedad enfermizamente puritana que le volvió la espalda cuando abandonó los Estados Unidos para unirse extramaritalmente a Rossellini y que ahora, auspiciada por David O. Selznick´s la otorga el máximo galardón cinematográfico por su trabajo.

Junto a ella, actores de la talla de Yul Brynner, Helen Hayes o Akim Tamiroff. Excelentes, especialmente los dos primeros. Claro que la actuación de Ingrid Bergman tiene mucho de eclipse por lo que hace al resto del reparto. Eclipse que sin embargo no impide admirar un buen trabajo cinematográfico de un director del que ya hablé bien en La noche de los generales o en Voces de muerte y que sale reforzado de esta empresa.

Francamente interesante y recomendable.
FATHER CAPRIO
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