Películas de secuestros, de niños, de mujeres ó de familias enteras ha habido tantas que ya se confunden en mi memoria. Sin ir más lejos el propio Bogart en El bosque petrificado secuestraba a abuelo y nieta a la par que a otros personajes variopintos. Es por ello que ya nos estamos acostumbrando a este tipo de historias un tanto descafeinadas en lo que a suspense se refiere dado que por lo general se cumple la expectativa del final feliz.

O sea que, como no esperamos demasiadas sorpresas en lo que a la historia se refiere pues nos dedicamos a valorar otros detalles tales como fotografía, música, decorados ó interpretación. En estos aspectos Horas Desesperadas tampoco nos sorprende demasiado. El decorado y el tempo de la película denotan su origen teatral, fotografía y música tampoco marcan diferencias y lo único destacable, en mi modesta opinión son las interpretaciones de March y Bogart especialmente del primero. Respecto a Bogart resulta algo chocante su papel de malo, malo, porque hasta su bandido de El bosque petrificado parecía tener su corazoncito, mientras que el delincuente de Horas Desesperadas es absolutamente odioso. Pero lo hace bien. Humphrey siempre tuvo mucho oficio...

Y por encima de todo, la profesionalidad de William Wyler.