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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Ficus Pandorama:
8
Comedia. Romance Durante una visita a Roma, Ana, la joven princesa de un pequeño país centroeuropeo, trata de eludir el protocolo y las obligaciones que implica, escapándose de palacio para visitar la ciudad de incógnito. Así conoce a Joe, un periodista americano que busca una exclusiva y finge desconocer la identidad de la princesa. La pareja vivirá unas jornadas inolvidables recorriendo la ciudad. (FILMAFFINITY)
6 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elegante comedia romántica que produce y dirige William Wyler, y que posteriormente daria paso a una serie de comedias de estadounidenses en Roma, como Creemos en el amor (1954) de Negulesco o Más alla del amor (1962) de Delmer Daves.

Wyler en modo contrario al famoso cuento de Charles Perrault y con pretensiones neorrealistas, nos muestra a una Audrey Hepburn en su primer gran papel, en la que quedo para siempre catapultada a la fama, siendo recompensada con el Oscar a la actriz principal por este registro de inocente princesa con sentido de la responsabilidad, que entabla un romance con el oportunista periodista americano Joe Bradley (Gregory Peck), todo ello teniendo como telón de fondo a la encantadora e historica ciudad de Roma. Obra innovadora en lo que se refiere al rodaje en exteriores, en los que la ciudad romana pone a disposición de esta deliciosa película todo su encanto.

Sentimental y simpática a la vez, huyendo de todo tipo de protocolos, como de los que huye la misma princesa al sumergirse a su aire por los alegres y pintorescos lugares de la ciudad. Ian McLellan Hunter (nombre con el que figura en los créditos Dalton Trumbo, hombre marcado por la comisión Warren) y John Dighton abordaron con un gran argumento original la historia del propio Trumbo, en el que el romance entre Joe y la princesa, queda filmado con un exquisito sentido de la delicadeza, que la convierten en una obra intemporal que no defraudara a ningún tipo de espectador, de ello mismo podrían dar fe, hasta los anecdóticos corresponsales del ABC y la Vanguardia, que aparecen al final de la película en el encuentro de la prensa internacional con la princesa.

En resumidas cuentas, creo que no hace falta añadir nada más de Vacaciones en Roma, sólo que se dispongan a verla. Se disfruta y pasa por nuestros ojos, como un cuento inolvidable que resiste el paso del tiempo con verdadero estilo y clase.

A propósito que bien le hubiera venido a esta película, que la banda sonora la hubiese compuesto Henry Mancini.
Entonces hubiera sido sin ningún género de dudas, una obra tan eterna, como la misma ciudad que la acoje.
Ficus Pandorama
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