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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Ficus Pandorama:
7
Drama Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
29 de enero de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No nos engañemos, nos esperábamos más, ¿a qué si?. Es tan alto el nivel que Clint nos ofrece en sus películas, que nos es imposible valorar su cine con una escala de medir normal, nos tiene mal acostumbrados y eso mismo nos ha pasado, después de ir a ver su preestreno como ha sido mi caso, y el de muchos admiradores del cineasta de San Francisco.

Esta es una historia que casi todos sabemos como empieza y como termina, no trata de ser un biopic de la vida de Nelson Mandela, sólo nos muestra un momento de su vida, un momento en el que fue parte determinante para su país, en el que política y deporte se unen buscando una Sudáfrica totalitaria sin odios y rencores, intentando olvidar el apartheid, por medio de un deporte muy arraigado entre la comunidad Afrikáners, tan fuerte, tan vitalista y tan de caballeros como lo es el rugby, un intento de darse la mano, un nexo de unión buscando la nueva nación arco iris, por medio de la lucha y la fe en la victoria.
Morgan Freeman sin lugar a dudas, camino de su segundo Oscar (Mejor actor de reparto en 2004) esta magnifico, ni que calcado en el papel de Nelson, en lo que él mismo ha llegado a calificar como su mejor interpretación y Matt Damon, no se queda atrás en su papel de Francois Pienaar el capitán de los Springbok.
Invictus sin dejar de ser una buena historia con su dosis de emoción, sobre todo en su largo final, nos resulta demasiado correcta, entretiene, nos convence, pero no nos conmueve como otras veces lo hace Clint, con sus historias comprometidas, a veces en forma de western (Sin Perdón), o dramas personales (Million dollar baby, Mystic river, Gran Torino), joyas todas ellas en su ya extensa filmografía.

Eastwood, esta vez no nos gana, cierto, pero tampoco nos pierde como espectador, porque cada vez que se pone detrás de la cámara y finaliza una de sus películas, aunque no sea una obra mayor, seguimos teniendo la sensación de que sigue estando Invicto, con su buen y artesanal cine como el que nos vuelve a ofrecer otra vez en esta ocación.
Ficus Pandorama
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