Veamos productores de la 20th Century Fox, quiero hacer un filme sobre una pareja, sus encuentros y desencuentros, el amor que sienten el uno por el otro, así como el odio, los celos, el egoísmo y la generosidad, lo que comparten y aquello que les separa, etc. En definitiva, media vida de esta pareja, en casi dos horas.
MMM, complicado Stanley, ¿y como lo vas a hacer?.
A través de sus sucesivos viajes en coche por Francia..
¿Cómo?...
Sí, pero yendo de atrás hacia delante y viceversa, no de manera lineal,
MMM, de nuevo complicado Stan....
Y tengo pensado los actores, ella Audrey Hepburn,
Bien, ya lleva unas cuantas buenas películas a su espalda, el público la quiere, y es solvente
Y, él, Albert Finney.
MMM, Stanley, quien es ese joven
Jefe, es ese, el protagonista de "Tom Jones"...
Ah, le nominaron al Oscar por su actuación, aunque al final no lo consiguió.
Ese mismo -dice Donen- Es perfecto para el papel, la gente le ve como actor mujeriego, egoísta y frívolo. Para la música he hablado con Mancini, y para el guion con Frederic Raphael
No le conocemos, ¿verdad?
Es aquel que ha hecho el guion de "Lejos del mundanal ruido", mejor dicho, la adaptación de la novela
Para la Metro...
Sí, pero ahora trabajaría para nosotros

Algo así podría haber sido la conversación. La verdad es que la apuesta era valiente, lo único sólido del film, aparte del director, era la actriz principal, y la música.
Donen, claramente, estaba por entonces imbuido de la Nouvelle Vague y su tipo de narración, en concreto, a mí, me recordó en cierto sentido al filme de Alain Resnais, bastante experimental, "El año pasado en Marimbad", pero, a diferencia de aquel que, tras su visionado, deja la sensación de que el montaje es algo improvisado, en la película del director americano, lo que asombra es la planificación previa del rodaje, cada corte de escena, esas idas y venidas temporales, están hechas a conciencia, pues se imitan las composiciones del plano, cambiando vestimenta, o algo ligeramente el paisaje o decorado, a la vez que se refuerzan por medio del guion, de una frase tipo, recuerdas...Donen dijo: “todas las secuencias se consideraban el presente y se llevaba consigo desde el principio de su relación hasta el final”.
Si se es un amante del cine, llega un momento en que la relación de la pareja casi te da igual, lo que deseas es ver como el director te lleva de un lado para otro preguntándote como demonios acabara esto, lo rematara.
Pero no es así, pues los diálogos, las actuaciones, sobre todo la de Finney, ella está más en "su papel", te hacen centrarte también en las actuaciones y lo que pasa.
Lo que quizás desentone un poco es el vestuario pop y chic de Hepburn, muy de la época, pero que refleja bastante bien la evolución de la pareja, así como de su estatus económico.
Alguien dijo que el amor es la chispa y el cariño, el fuego ya formado al cual hay que estar continuamente avivando, donde, de vez en cuando, vuelven a saltar chispas. Esto lo narra Donen con maestría, constantemente, a lo largo del metraje, observamos como la llama se apaga, pero el calor se retiene, se guarda con esperanza...
No es una mirada amable, deja un sabor bastante agrio, si embargo, al estar dotada de momentos de humor (el quemarse la piel y la escena posterior en la cama), junto con el cinismo de Finney y el optimismo de Hepburn, este se combina con lo dulce y, al menos yo, tengo una sonrisa constante mientras observo la película.
Otro recurso genial del director, es contraponer la pareja con los personajes con los que viajan o se encuentran, desde los "amigos y su hija", hasta el futuro "jefe" y su esposa o, los amantes. Es ante este espejo contrapuesto donde vemos los valores de la pareja y lo que les une frente a los otros. Y, del mismo modo, al intentar ser como los otros, complacer al jefe o a los amantes, lo que les separa.

Estupendo film que se sigue pudiendo ver, asombrado por el montaje, el guion, la actuación, elección de planos, estructura de las secuencias, etc....