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Voto de barbara12:
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Ciencia ficción
Sam, una adolescente, es una de las últimas supervivientes de una Tierra post-apocalíptica. Con el transbordador final programado para salir del planeta, Sam debe decidir si viajar al punto de lanzamiento y unirse al resto de la humanidad; o permanecer en la Tierra, y ser un náufrago en el único hogar que ha conocido. (FILMAFFINITY)
10 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia era increíble en el guión,eso puede verse a distancia.
Porque exponer al ser humano ante la supervivencia en estado puro consigo mismo siempre es un reto para cualquier guionista, director y sobre todo, actor.
Llevar a cabo la batalla personal en que se convierte la lucha por la supervivencia en un planeta en el que tan solo quedas tu es embelesador para el espectador que le guste de un cine lento pero intenso, de adicción ante las adversidades personales a las que el superviviente se enfrenta como la falta de otro ser humano a nivel espiritual con todas las connotaciones y necesidades que un humano necesitaría así como su enfrentamiento al medio para poder sobrevivir al buscar comida, abrigo y establecer como es el caso aquí, contacto.
La protagonista, Sam, interpretada por una tal Margart Qualley, la cual ni me interesa ni la pienso volver a ver en ninguna otra película , dada la frialdad de su interpretación aquí, no cumple sino con el papel de chica náufraga y que lucha por su vida, llena de secretos y sueños.
Cuando alguien venga, Micah de la Colonia humana que ha sobrevivido se establecerá el ansiado contacto, que no será más que un contacto aún más gélido que la interpretación de de Qualley, donde Anthony Mackie pareciera que tuviera la regla todos los días de ser mujer.
Se establece entre ellos una relación fría, pero cordial a medida que avanza, aunque el tufillo a asquillo generalizado se va apoderando de Micah en mi opinión demasiado.
Aquí comienzan las insuficiencias de guión, la falta de buenos diálogos, un desarrollo de la historia puro, en sí mismo, con la no entrada de más personajes quizá, que hubiera sido necesario para que estas dos personas dejaran su acelga existencia por una más vibrante para darnos mejores momentos y sobre todo, reacciones. La robótica no nos interesa, gracias.
No ha funcionado, todo es repetitivo, aburrido, predecible, pero una vez más, una elección de cast equivocada ha terminado en tragedia.
La película que comenzaba aburrida se ha ido haciendo más y más.
Esto demuestra que es un producto desaprovechado cuando las películas de una pareja al sobrevivir es lo más apasionante que el cine puede llegar a filmar con los guionistas y los actores adecuados.
Química cero para Margaret Qualley y Anthony Mackie, y eso, es en una película post-apocalíptica, imperdonable.
Porque exponer al ser humano ante la supervivencia en estado puro consigo mismo siempre es un reto para cualquier guionista, director y sobre todo, actor.
Llevar a cabo la batalla personal en que se convierte la lucha por la supervivencia en un planeta en el que tan solo quedas tu es embelesador para el espectador que le guste de un cine lento pero intenso, de adicción ante las adversidades personales a las que el superviviente se enfrenta como la falta de otro ser humano a nivel espiritual con todas las connotaciones y necesidades que un humano necesitaría así como su enfrentamiento al medio para poder sobrevivir al buscar comida, abrigo y establecer como es el caso aquí, contacto.
La protagonista, Sam, interpretada por una tal Margart Qualley, la cual ni me interesa ni la pienso volver a ver en ninguna otra película , dada la frialdad de su interpretación aquí, no cumple sino con el papel de chica náufraga y que lucha por su vida, llena de secretos y sueños.
Cuando alguien venga, Micah de la Colonia humana que ha sobrevivido se establecerá el ansiado contacto, que no será más que un contacto aún más gélido que la interpretación de de Qualley, donde Anthony Mackie pareciera que tuviera la regla todos los días de ser mujer.
Se establece entre ellos una relación fría, pero cordial a medida que avanza, aunque el tufillo a asquillo generalizado se va apoderando de Micah en mi opinión demasiado.
Aquí comienzan las insuficiencias de guión, la falta de buenos diálogos, un desarrollo de la historia puro, en sí mismo, con la no entrada de más personajes quizá, que hubiera sido necesario para que estas dos personas dejaran su acelga existencia por una más vibrante para darnos mejores momentos y sobre todo, reacciones. La robótica no nos interesa, gracias.
No ha funcionado, todo es repetitivo, aburrido, predecible, pero una vez más, una elección de cast equivocada ha terminado en tragedia.
La película que comenzaba aburrida se ha ido haciendo más y más.
Esto demuestra que es un producto desaprovechado cuando las películas de una pareja al sobrevivir es lo más apasionante que el cine puede llegar a filmar con los guionistas y los actores adecuados.
Química cero para Margaret Qualley y Anthony Mackie, y eso, es en una película post-apocalíptica, imperdonable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Detalles son los que tumban la película.
Ese arrugue de la nariz de Micah cada vez que Sam se pone cariñosa con él, y ese conflicto sexual que ella parecece sentir ligeramente, junto al rechazo de alguien mucho menos interesante que la protagonista son puntos que hacen que la narración decepcione.
A Micah no le gusta Sam, así de claro, y el director por alguna razón no lo oculta, sino que lo muestra.
Puede que no sea lo que el espectador desea ver, pero es la realidad.
Su beso o mejor dicho, su noche de amor forzada por parte de él, tampoco ayuda.
El niño del final, hijo de ellos, también otra decepción. Se podría haber mostrado más, quién era o lo que podría llegar a vivir, con una segunda parte sobre él, pero claro, si la historia de sus padres no funcionó la del niño mucho menos.
Ese arrugue de la nariz de Micah cada vez que Sam se pone cariñosa con él, y ese conflicto sexual que ella parecece sentir ligeramente, junto al rechazo de alguien mucho menos interesante que la protagonista son puntos que hacen que la narración decepcione.
A Micah no le gusta Sam, así de claro, y el director por alguna razón no lo oculta, sino que lo muestra.
Puede que no sea lo que el espectador desea ver, pero es la realidad.
Su beso o mejor dicho, su noche de amor forzada por parte de él, tampoco ayuda.
El niño del final, hijo de ellos, también otra decepción. Se podría haber mostrado más, quién era o lo que podría llegar a vivir, con una segunda parte sobre él, pero claro, si la historia de sus padres no funcionó la del niño mucho menos.