Basado en la obra de Eugene O´Neill acerca de la malhadada Anna y su tragedia con los hombres.

Mujer dependiente, marcada por el género masculino en general quienes en la persona de su padre primero, el señor Christie y los sucesivos amantes que tuvo después como consecuencia del abandono de su padre intenta sobrevivir yendo a vivir al barco de carbón de su padre.

Greta Garbo toma así la batuta para contarnos esta historia de O´Neill cuyo argumento se aleja del tipo de historia que suele contar, aunque no por eso igual de vibrante. Garbo desempeña una labor crucial en esta mujer frustrada y miserable, sobre todo en esas pequeñas escenas en las que la cámara coge grandes planos de su cara tomándola por sorpresa, deja entrever su genial espontaneidad interpretativa aunque tal expresión resuene a contrarios.

Los mohines, gestos de hartazgo, el sabor de los cigarros amargos reflejados en el rostro, en el alma primero, así es como Garbo actuaba, y como jamás nadie será capaz de igualar, el detalle, la intensidad del dolor, que gran actriz y película.

No es de las más famosas de Garbo si la comparamos con "Mata Hari" o "Grand Hotel" peros sin duda una de las más destacables.
Como sinónimo del espejo de la protagonista tenemos a la anciana alcohólica Marthy desempeñada por una decidida Marie Dressler, que está espectacular, y como amante poco recomendable un marinero de identidad cuestionable y de moral más cuestionable aún.


El triángulo del marino, su padre y Anna es lo más destacable.
Llena de intensidad, sin duda es una gran historia para los incondicionales de la Garbo.