Ridley Scott propone como muchos destinos a veces son malogrados, porque las situaciones simplemente se vuelven en contra de las personas. Porque algo rompe el buen rollo con el que algo tan simple como una escapada de dos mujeres como Telma y Louise, se convierte en una pesadilla, porque alguien rompe la magia del momento.
Bien es porque Telma se lo buscó, o porque el otro no supo parar.

La culpa es siempre compartida, en la mayor parte de las tragedias. Comenzando por el injusto sistema y las leyes que ¿siempre funcionan? ¿se aplicarían igual para todos?

Entre las dudas, debo destacar que me encantó una crítica de esta sección titulada "Pelma y Louis", en la que el autor recalca muy bien la mezquindad con la que actúan las mujeres en esta sociedad.
Si una mujer llama a otra para irse de parranda, ay, los niños, ay, no tengo saldo, ay mi novio no me deja, y con tal de que no me deje me convierto en Priscilla Presley, poco más que una alfombra al servicio del caballero.

De acuerdo, así esta película se erige en una crítica mordaz no al sistema, si no al destino, Ridley Scott nos hace reflexionar acerca de no juzgar con demasiada ligereza a aquellos que son más castigados por la ley.
¿Realmente Bonnie & Clyde se merecían esa muerte tan espantosa que tuvieron?

Hasta antes de ver esta película, habría dicho un rotundo SÌ. Ahora me atrevería a decir que quizá no.
¿Los tres infelices que se suponen que huyeron de Alcatraz se merecían haber escapado a pesar de haber sido criminales? ¿Pasar tanta lucha, miedo, frío, y hambre para ser libres? Ahora me alegraría que así fuera, y que lo que cuenta Clint Eastwood en su peli fuera todo verdad.

No, no es "Telma y Louis" una apología a defender o ponernos de parte de los que se saltan la ley.
Es analizar el por qué algunas cosas ocurren.

Susan Sarandon hace el mejor papel de su vida. Louis, camarera, con un novio formidable, pero que no puede huír de su pasado secreto y doloroso.
Geena Davis es Telma, cualquier ama de casa promedio cansada de su orangután y su cárcel, que se excita con el primer hombre que la trata siquiera como a un ser humano con vida.

Esta Louis podía ser Lane, pero no le hace falta su Superman.
No es una Louis empoderada, es simplemente una mujer que lucha como puede para salvar su vida y la de su amiga, pero son demasiados los errores de esta segunda. Aún así hasta el final ambas lo consiguen.

No es una historia de mujeres contra hombres. Quien vea a así esta gran película no ha entendido nada de nada. Es similar a leer a Virginia Woolf y pensar que solo escribe sobre feminismo, no sobre la mujer y su evolución, o sobre la naturaleza de la mujer en el universo, e incluso el hombre en relación con ella. Nada es tan lineal ni tan sencillo.

No es el repugnante personaje de Brad Pitt aquí, ni su bochornosa actuación, dicho sea de paso (qué horror, menos mal que la edad lo ha hecho macerar como un buen vino en cuanto a su actuación), ni tampoco es el pobre policía Harvey Keitel que las quiere ayudar, o siente realmente el peso de lo que ellas sufren, ni la camarera de aquel primer bar de carretera al que van y que las avisa de cierto individuo.

No se trata de los demás, se trata de las cosas que les ocurren, de la mala suerte que dos personas que están carentes de verdadera maldad sufren, y que van encadenándose más sucesos como consecuencias de estas cosas en su avance.

Es una gran película, me ha aburrido a momentos, divertido a otros, entristecido la mayor parte del tiempo, pero enseñado desde el principio hasta el final.