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España España · VALLADOLID
Voto de MODIGLIANI:
10
Drama Frank Galvin (Paul Newman), un maduro abogado en decadencia, es un adicto al alcohol que sobrevive gracias a pequeños y rutinarios trabajos. Un antiguo socio le recuerda el caso, todavía sin resolver, de un error médico cometido en un hospital y del que Galvin se había ocupado. No es nada fácil para él trabajar de nuevo de forma profesional, pero su tesón es tal que no tarda en averiguar que puede ganar el caso. Es entonces cuando ... [+]
31 de enero de 2009
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira esta crítica cuando hayas visto la peli. Como no me cabe toda, parte la cuento aquí y parte en el spoiler. Pero no te la pierdas: es una película imprescindible. Excelente.

La película comienza magistral: con un hombre cualquiera, jugando al pinball en un bar, bebiendo cerveza y la enorme luz de la vida fuera del bar. Después vamos descubriendo a un alcohólico, y después a un abogado de cuarta que va a buscarse la vida en los entierros.
Perdedor y héroe. ¿Quién le puede acusar de hacer algo malo a quien la vida le empuja hacia abajo y tiene que pagarse el alcohol para que cada mañana no le tiemble la mano?
Es un ser infantil y todavía inmaduro: está más preocupado por una partida de pinball que por acudir al Juzgado a seleccionar el jurado.
También se le dibuja como egoísta: no pide opinión a sus clientes sobre si prefieren aceptar el trato o pleitear; para él es una cuestión personal en la que obvia a sus clientes en beneficio de su delirio.
Colirio. Yo lo he hecho en mañanas duras tras una noche de copas. Esta película está inundada de estos pequeños detalles en los que te sientes identificado y la hacen creíble. La manera despreocupada de fumar, de coger los vasos, de beber…Narra con parsimonia y deleite su vida cotidiana de un hombre derrotado, muerto en vida por un pasado y una adicción.
Se van desvelando datos de su vida personal anterior a lo largo de toda la película: el personaje va creciendo y creciendo en guión y a la vez está excepcionalmente interpretado. Frankie Galvin no se transforma en mariposa inmediatamente. La transformación nunca es completa, sino que el personaje sigue recayendo a lo largo de toda la película. Cae y se levanta con la dignidad del que ya ha tocado fondo. Pero la película no es una depresión. Está siempre presente una oscura esperanza, una (limitada) capacidad de redención.
La escena en la que saca las fotos de la chica en coma es antológica. Soberbia. Y la inmediatamente siguiente en la que se entrevista con el Obispo Paul Newman vuelve a dar un recital. Sin estridencias. Lo fácil sería la sobreactuación. Presten atención. La interpretación es de 10. Retrata perfectamente a un maldito muy humano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MODIGLIANI
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