Un grupo de cómicos sufre el acoso del Éjercito y sus infiltrados. Extraña que no se encargue de ellos la Brigada Político-Social, como sería natural, pero eso no desluce o invalida que se muestre como asfixiante e inmoral la represión del franquismo, especialmente en la posguerra. Imanol Arias da el tipo de español de esta época con su rostro afilado y famélico, si bien luego sus limitados recursos interpretativos no llenan precisamente la pantalla. Carencia perfectamente resuelta, no obstante, por un gran Lluís Homar. Y también por Carmen Machi y Fernando Cayo. Todos solventes. Lástima que la historia caiga pronto, tras media hora o tres cuartos donde da el pego, en el lugar común. Los malos son muy malos, los buenos muy sufridos y escenita con un tren propia de las películas que rememoran los 40. Sentimentalismo superficial que, todo hay que decirlo, tampoco es de vergüenza ajena como, cito al azar, pudiera sufrirse en 'Libertarias'.

La dirección de Emilio Aragón, en ausencia de títulos de crédito, pudiera no ser atribuible a su persona. Considérese un elogio.