Una chica normal (creo yo), que con 13 años se dedica a hacer los deberes en vez de a prostituirse, va al instituto y se da cuenta de que, comparada con las chicas más populares, ella es una friki o en cualquier caso un patito feo. Para poder ser popular y gustar a los hombres (más bien a los niñatos de 13 años) se gana la amistad de la reina del insti y en poco tiempo se transforma en un putón, ladrona, drogadicta y especialista en insultar y humillar a su madre. Se le ha ido la mano, y al final de la peli se da cuenta de ello, por lo que intenta rehabilitarse y volver a ser lo que fue.
Lo interesante de Thirteen es las preguntas que puede hacer plantearse a quienes la vean: ¿quién es más normal, la Tracy niña buena del principio o Evie? ¿La Tracy del principio o la del final? ¿Se puede ser una niña buena hoy en día, o el entorno no te lo permite? ¿Ser niña buena es malo, y ser niña mala es bueno? Alguien normal diría que lo bueno es bueno y lo malo malo, pero ¿quién es normal? Quizá ser malo sale más rentable que ser bueno.
Una de las mejores escenas es cuando Tracy y Evie se visten de prostitutas muy estrafalarias, y una niña chica que hay en la casa se pone a imitarlas como si fuera un juego. Esto demuestra que las niñas copian lo que ven (no hablemos de los videoclips, la publicidad, la moda, Britneys varias, etc.).
El padre de Tracy no pasa por su casa y la madre es una inútil que da lástima, pero creo que con unos padres que sepan educar bien los riesgos son los mismos al relacionarse su hija con el peculiar sistema social de los institutos. Eso sí, un padre normal (otra vez ese concepto) se daría cuenta de que Evie es una mala influencia y desde luego no la metería a vivir en casa y a acostarse con su hija todos los días.
Es muy interesante el elemento masculino en esta película. El hermano de Tracy tiene más o menos su misma edad y sin embargo no tiene ninguno de los problemas de su hermana y vive feliz el chaval. Los chicos del instituto tampoco parecen tener esos problemas de popularidad y, mientras las chicas necesitan. como cosa de vida o muerte, vestir ropa cara, maquillarse y estar a la última, ellos van vestidos como pordioseros, de cualquier manera, lo que no es obstáculo para que las chicas los persigan. Uno de ellos consigue acostarse con Tracy con sólo dirigirle cinco palabras. ¿Es que es más difícil ser mujer que hombre? ¿El hombre es libre pero la mujer es esclava de su entorno, de la moda, de la imagen? Es otra de las preguntas que provoca Thirteen.
En fin, una película seria y profunda, y además rodada a un ritmo infernal, lo que tiene mucho sentido pues la adolescencia es así: muchas cosas en poco tiempo, y a veces mareo y resaca.