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España España · Zaragoza
Voto de David:
7
Drama Estados Unidos, años 50. Jack (Hunter McCracken) es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre (Jessica Chastain) encarna el amor y la ternura, su padre (Brad Pitt) representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack (Sean Penn) evoca los momentos trascendentes ... [+]
23 de septiembre de 2011
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Terrence Malick, como analogía al título de su película ha plantado la semilla de algo muy grande para él. Ha mimado cada brote que esa semilla ha ido dando a lo largo de muchos años hasta convertirse en un capricho personal visualmente hermoso, pero algo hueco por dentro.
La filosofía si por algo es famosa es porque 2+2 rara vez son 4, y eso significa multitud de interpretaciones para una sola pregunta.
Todo el film en sí es sencillo, muy sencillo. Tanto que solo las imágenes son suficientes para transmitir el mensaje o idea que Malick nos plantea.

El ser humano es algo realmente complejo, no solo carne y huesos, sino también sentimientos, ideas, ilusiones, carácteres... Su desarrollo desde que nace hasta que muere conlleva una maduración física y personal complejas (en esta última es donde entra la película). Igual de compleja que el universo, la materia y sobre todo la vida.
Y esa es la idea principal de todo este proyecto, la dualidad que existe entre ambas cosas. Y de una forma muy poética evitando caer en la didáctica de un simple libro de texto.

Para poder plasmar esa idea en el celuloide, Terrence Malick acude a lo que ya sabe hacer muy bien, que es mostrar preciosas imágenes que nos roben el aliento mezcladas con una historia que las acompañe. Lástima que el guión no vaya paralelo en interés con la calidad artística del film, porque como espectadores hubiéramos tocado la perfección con los dedos.

El tema central es la familia, estructurada según los valores clásicos de la época, pero no hay ni un solo avance en ella, nada de nada, solo situaciones de cada uno de los miebros y sin ninguna evolución, hasta llegar a un Sean Penn que no pinta absolutamente nada en todo el metraje (esto mismo dicho por él).
Cada personaje presenta una cualidad diferente, y con ello se nos muestra como cada personalidad influye en la del otro haciéndonos crecer como personas y moldeándonos a nosotros mismos.

La sensación al ver la película es de placer y desconcierto a la vez. Pero por supuesto sabiendo qué es lo que se ha ido a visionar, no se va al cine a ver por ver, sino a vivir experiencias que te queden grabadas por más o menos tiempo. Y eso, el árbol de la vida lo cumple. El entretenimiento dramático no.
David
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