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España España · Barccelona
Voto de EL ALBATROS:
10
Comedia. Romance Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado. Nada más llegar se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una chica muy temperamental, aunque para conseguirla deberá luchar contra las costumbres locales, como el pago de la dote, y, además, contra la oposición del hermano de su prometida (Victor McLaglen). (FILMAFFINITY)
15 de agosto de 2018
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descubrir la maestría de Ford es tan sencillo como ver una y otra vez este film, siempre encontrarás detalles y situaciones que te pasaron desapercibidos. Su competencia para captar lo que no se ve, pero que se intuye, su reconocible humor socarrón, la sencilla poesía de sus imágenes, la cercanía humana de las situaciones en que se mueven sus personajes, todo ello deviene en lo sublime de lo cotidiano. Paradójicamente aunque Ford es conocido universalmente por sus westerns, lo cierto es que en su vasta filmografía se pueden hallar films de todos los géneros, sin ningún artificio ni aparatosidad. Destacando las cosas pequeñas pero importantes de la vida que destila la melancolía de un católico de origen irlandés y su perdido romanticismo.

El retorno a su patria chica irlandesa de un ex boxeador le sirve a Ford para filmar esta comedia dramática y jovial, llena de vida donde el idílico Innisfree es un paisaje que sirve para recrear las tempestuosas relaciones de sus vecinos que encarnan una galería de personajes imborrables. Los celos, la envidia, el alcohol siempre presente, la generosidad, los pastores religiosos opuestos, las falsas apariencias perviven solapadas por la aparente normalidad. Las costumbres ancestrales de una sociedad atávica, el amor irreductible de dos seres antagónicos, un hombre que huye de su traumático presente para refugiarse en sus raíces y una mujer de gran carácter que lucha por sus principios. El film está plagado de escenas y diálogos inolvidables. “El hombre tranquilo” se filtra por nuestros sentidos en sus dos horas de aura mágica y fascinante, su fotografía cromática en glorioso Technicolor, sus canciones tradicionales irlandesas, resultan evocadoras e impregnadas de emoción.

La fisicidad y la textura prevalecen en el cine de Ford; las cruces gaélicas que presiden su solitario cementerio, sus frondosas praderas, sus caminos próximos al mar, el calmado río donde se pesca, las blancas arenas donde transcurre la carrera de caballos, la tienda de O´Conor, las borracheras en el bar de Cohan, el carruaje de Michaeleen haciendo de “carabina” para los paseos de compromiso y noviazgo lleno de sugerencias pícaras y el genuino hogar de los Thorton que regenta la tozuda pelirroja. La rivalidad de Mary Kate (una magistral Maureen O´Hara) con su hermano a causa de una dote, las malas relaciones de éste con su futuro cuñado al que ordena apuntar en su particular “Lista negra”, las apuestas para todo tipo de acontecimientos sean deportivos o de otra índole constituye un film de personajes y situaciones entrañables.

Absurdamente tildado como un film machista, entre otras aberrantes intenciones por los detractores de Ford, siempre desde una óptica supuestamente progresista que suele calificarlo de “facha”, un término hoy totalmente prostituido, resulta en el fondo un film moderno y feminista por cuanto la autentica protagonista es una mujer de decidido carácter, una mujer insumisa que sabe lo que quiere y que además del amor del hombre que ella ha escogido, se empeña en conseguir lo que considera suyo, que materialmente le pertenece, y es que a veces los árboles no permiten ver el bosque, o lo que es lo mismo, hay quien ve las cosas un tanto superficialmente. Sean Thorton (sublime John Wayne) quiere ser “El hombre tranquilo” que anuncia el film, pero su experiencia americana le impide adaptarse a su Irlanda natal. Un film donde las tormentas que se desatan son mucho más que meteorológicas, son pasionales e impetuosas, “Homérico” sugiere Michaeleen en un momento apoteósico de interpretación errónea. Una obra que contiene la esencia y el estilo de su autor, el enfrentamiento entre el progreso y las costumbres arcaicas, aunque siempre se impone el amor a la vida, me parece la más genuina de sus obras maestras, absoluta e imperecedera.
EL ALBATROS
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