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Voto de Alvart el terrible:
2
Drama Olivia (Alexandra Jiménez), Eloy (Bruno Sevilla), Guille (Isak Férriz) y Anna (María Ribera) viajan a Berlín para visitar por sorpresa a su amigo Comas (Miki Esparbé) que cumple 35 años. Este no los recibe como ellos esperaban y durante el fin de semana sus contradicciones afloran y la amistad se pone a prueba. Juntos descubrirán que el tiempo y la distancia pueden cambiarlo todo. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2018
25 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí amigos, hora y cuarenta minutos de mi vida que ya nadie me podrá devolver y que me pesarán como una losa en el postrer momento. Teniendo en cuenta que la acaban de estrenar, supongo que los que han subido las críticas anteriores deben ser familiares de los actores, montadores, atrezzo, dirección, guionistas, etc, y los pobrecitos tienen que comer de algo. Si no, desconozco los universos paralelos situacionales por los que pululan ingrávidos y acríticos...
Vi las valoraciones positivas y pensé, venga medio drama medio comedia, como mínimo será un ejercicio entretenido de realismo. Empecemos a enumerar desagravios:

1.Desde el minuto uno me sorprendió bastante el doblaje, que es terrible. A estas alturas del siglo XXI, me hizo retrotraerme a los tiempos del destape, con las pelis de Pajares y Esteso en las que los chistes, cada cierto tiempo, eran improvisados sobre la marcha en el estudio de doblaje y podías ver perfectamente que los balbuceos de los actores no guardaban relación alguna con la mímica gestual de los mismos. Pero oye, eran comedias y hasta tenía su gracejo ese sutil arte de la improvisación, hacer de la necesidad virtud. Pero claro, en un drama, cuesta bastante más meterse en situación viendo que no dan una con el doblaje (en su descargo, tengamos en cuenta que se doblan los mismos actores, lo que hace bastante más complicado clavar los fraseos, por mucho que se los sepan). Supongo que querrían ahorrar costes -que ya se habían gastado por rodar en el extranjero-, porque si no, con los medios técnicos actuales, no entiendo que asuman esa falta de coordinación permanente entre lo que dicen los actores y lo que no dicen sus bocas.
2.Desde el principio la falta de argumento o estructura clásica (planteamiento/nudo/desenlace) brilla por su ausencia, lo que hace que la historia se vaya desarrollando a base de concatenar coloquios en los que la acción no evoluciona, ni se vertebra hacia ningún lugar, limitándose a una retahila de chascarrillos entre antiguos amigos que no conduce hacia ningún sitio significativo. Conviene matizar que la falta de línea argumental no tiene que ser un problema necesariamente, siempre y cuando el guión tenga la suficiente sustancia, esté escrito con la suficiente originalidad y dinamismo para que merezca la pena dejarse llevar por una pluma ágil y cautivadora. Huelga decir que eso aquí no pasa. Se hacen silencios nada creíbles cuando un grupo de gente se reúne a charlar y hablar de todo y nada, o de los viejos tiempos, o de la buena tarde que se ha quedado en Berlín, da igual.
3. Cuando el guión zozobra y bastantes de los presentes empezamos a bostezar ante la perspectiva de casi una hora de vacío argumental, los guionistas recurren al truco de presentar de golpe un conflicto para dotar de sentido y dirección a una trama que, hasta entonces, no lo era en absoluto. ¿Y qué ocurre? Que ese conflicto es impostado, nada creíble, y si me apuras, se sustancia con una frase que es un topicazo manido hasta la saciedad (no se me permiten spoilers, pero os sonará mucho una frase en el puesto de currywurst). Vamos, que es tan forzado que tampoco convence como supuesto germen de todo lo que vendrá a continuación: a saber, un conflicto se ramifica en otros más, pasando por varios personajes con sus atribulados conflictos interiores, que tampoco habían sido esbozados o anticipados previamente.
4. Los conflictos vienen para quedarse, sin resolver realmente nada y la película se sigue caracterizando por sus silencios y falta de resolución de cualesquiera nudos livianos que hubieran podido esbozarse.

Y aquí vamos a los aspectos positivos de la película:

1. El título es cojonudo, porque en realidad se habla de distancias y toda la película es distancia y no entendimiento y cada cual en su mundo interior, sin un adarme de comprensión de la realidad de los demás ni ganas de salirse de su ombliguismo. En eso, hay que reconocer que lo han clavado.
2. Los actores son buenos, en especial Alexandra, que dota de credibilidad en todo momento a su personaje, una mujer fuerte, con personalidad y hecha un lío sobre qué quiere en la vida, algo muy propio de la mediana edad.
3. Hay cierto residuo de patetismo en varias escenas (con una canción hortera pero dotada de mucho encanto al más puro estilo Bambino o similares patrios), y eso sí está bien retratado, y es creíble, y muestra la condición humana, las cosas que somos a nuestro pesar, y que nos definen más que las grandes palabras y los elevados propósitos.
Pero amigos, esto sigue pareciéndome muy poco para sustentar ese tiempo sentado en una butaca esperando que la habilidad de los hacedores del celuloide, permita una simiente más profusa de talento y recursos narrativos y técnicos.
Sea como sea, juéguensela si quieren, pero como mínimo, dos o tres bostezos, me los deben. Y si no, al tiempo.
Alvart el terrible
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