Igmar Bergman habló sobre la vejez cuando él mismo aún no había cumplido los 40. En esta obra, estructurada como una road movie, asistimos al viaje en coche que realiza Isak, un viejo doctor, para asistir a su jubileo doctoral. Durante el viaje, le acompañaran diferentes personas que le haran recordar varios momentos de su vida, y que le haran darse cuenta de que bajo su apariencia de cordialidad, la gente ve en él una persona fria e insensible.

Bergman trató este material con gran maestria, apoyado por unos actores estupendos, una soberbia fotografia, y una planificación a base de flashbacks y escenas oniricas muy bien construida. Sin duda, una de las grande sobras del maestro sueco.