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Voto de fideo del oeste:
2
Drama Josh Waitzkin (Max Pomeranc) es un niño normal, pero también un prodigio del ajedrez. Tiene verdadera pasión por el ajedrez y quiere convertirse en un nuevo Bobby Fischer, su ídolo. Su padre (Joe Mantegna), un periodista deportivo, le apoya en todo, decidido a que su hijo se convierta en un futuro maestro. Para ello le asignan un entrenador de lo más frío, Bruce Pandolfini (Ben Kingsley), que le enseña las estrategias de Bobby Fischer. (FILMAFFINITY) [+]
20 de junio de 2014
1 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que finalizo algunas de mis clases quiero esta vez iniciar mi comentario. Haciendo uso del "One minute paper" me dispondré a escribir sobre lo bueno y lo malo, o sea, lo que me gustó y lo que no. Pues bien, no me va quedar difícil decir que lo único que me gustó de esta película, es que confirmé que no todas las películas con un bonito mensaje son buenas. Y lo que no me gustó, es que me quedó un resquemor hacia el ajedrez y los niños que no se ríen. En busca de Bobby Fischer es del tipo de películas que sugieren una gran historia, de esas que están plagadas de moral y reflexión.

Lastimosamente la contaron mal, la arrancaron con una voz en off y unos planos en blanco y negro bastante aburridos. Lastimosamente nos llevaron a un sitio de adormecimiento, desgano y afán por terminarla. Hace rato no veía una película con tanta pereza.

Pero hay dos cosas que surgen cuando uno está frente a una movie de esta clase, lo digo por mí que soy de mente gráfica. Primero que todo, se puede aprovechar el tiempo para pensar en asuntos pendientes que tengan que ver con el trabajo, proyectos futuros o en frustraciones del pasado. La otra es unir lo que se ve con cosas ya vistas –aquí estuve-. Tengo que confesar que de Bobby Fischer saqué las comparaciones más absurdas del mundo. Llegué hasta creer que la misma banda sonora podía ser acorde a una película de dinosaurios. Y ni hablar del maestro bueno y el maestro malo. O sea, Josh Skywalker aprendiendo a manejar su fuerza en medio de una partida de ajedrez, controlando su mente para que sus deseos almáticos no le dominen. Ah, pero cuanto hubiese deseado que en el parque Josh hubiese tenido un entrenamiento por el verdadero Morfeo. Una clase de ajedrez desde la matriz. Definitivamente… comparaciones tontas a causa de una película aburrida.

Pero no todo es malo… o bueno, casi todo. Pero rescatemos lo que se pueda, lo importante. Alejémonos de lo que para mí es malo y veamos lo que se quería mostrar –según mi ojo-. Moralmente hablando tengo que confesar que si llego a tener un hijo con esas características lo primero que haré será documentarme bien, porque eso de tener un hijo con cara de zombi no me gusta. Un niño que no se ría esta poseído por satanás. Y ahora, que le guste el ajedrez, eso da miedo. Que le guste darle patadas a un balón uno eso se lo aguanta y hasta es normal. Pero que no se ría y que todo el tiempo este adivinando jugadas mientras juega con las muñecas de la hermana, no lo concibo. Pero la cuestión es que no es culpa del niño, aquí el padre tiene mucho que ver. ¿Cómo así que tiene que ser el ganador siempre? Eso es inhumano, por Dios, a los muchachos hay que enseñarles a ser humildes, a ser buenos perdedores. Es que no hay nada más espantoso que un mal perdedor, esa gente da lástima. Y lo raro, es que el niño Josh da lección de humildad, de amor por el prójimo. Un muchacho desprendido de las cosas, sin esa visión corrosiva de la ambición.

Y le doy un aplauso a la madre, que estaba consciente que su hijo era un niño. Ellos tienen que vivir sus etapas y estadios sin adelantarlos en el tiempo. No se pueden madurar viches ni someterlos a vivir bajo presiones que finalmente son de los padres y no de ellos. Hombre, que si el niño no quiso ganarle al otro culicagado pues qué se puede hacer, es un niño que le importa más hacer el bien que conseguir victorias tras victorias. Aquí es cuando recuerdo las palabras aquellas en donde se dice que el reino de los cielos es de los niños. No hay nada más puro que el corazón de un niño.

En Busca de Bobby Fischer es una película para personas que no les importe nada en la vida.
fideo del oeste
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