Cansado de tanta mediocridad trazada por ordenador y con la tristeza de que una película de acción no me impactaba desde KILL BILL, me encontré por casualidad con el trailer de Miami Vice. Me quedé mudo. Y llegado el día fui a verla.
Una primera escena desconcertante hace que de repente te transformes en voyeur en medio de una trama que te parece extrañamente real (hiperrealidad más bien lo llamaría). Algo así como que tus sentidos lo captan como cotidiano pero tu mente sabe que se trata de algo demasiado hiperbólico como para ser verdad. Eso es lo que Michael Mann consiguió: que durante dos horas yo experimentara todos los sentimientos de un policía secreto. Y realmente lo sentí. Gracias a la alta definición (las escenas parecen auténticas fotografías), el realismo de la acción, los sonidos y la banda sonora, crees estar entre todas y cada una de las acciones que se desarrollan.

Algo que he oído mucho...¿Un guión Plano? Este festival artístico no necesita guiones desconcertantes con retrueque final para transmitir lo que pretende: que vivas de incógnito durante un rato, comprendas porque una historia de amor es imposible y que tu corazón se disparé a dos mil pulsaciones cada vez que una bala pasa por tu lado; o cada vez que los malos están a punto de descubrirte. Bajo mi punto de vista, lo que a priori se presenta como un guión extremadamente plano, simplemente focaliza toda su energía en crear unos personajes muy complejos y que esconden cierto carácter heróico-mitológico.

He leído también que alguien se quejaba del ritmo y debo aclarar que, pese a ser verdad que cuesta entenderlo, cuando lo pillas solo hay que dejarse llevar. Es parecido a cuando encuentras una nueva pareja de baile, al principio nada tiene sentido pero cuando todo va encajando empiezas a disfrutar de su arte.

Para finalizar quiero rematar con una valoración muy subjetiva, puesto que todos estos argumentos quedan eclipsados por el más contundente a mi parecer: durante el transcurso de la película y hasta el final, mi persona se desvaneció y todo yo me convertí en otro. Realmente, Mann, lo ha conseguido.




PD: Si no te pareció buena y casualmente tuviste la mala suerte de verla en castellano me permito aportar un pequeño consejo: No tiene nada que ver con la versión original. Dale otra oportunidad y ahora que has abierto los ojos, deja que sea ella quien lleve el baile.