Enfocar la felicidad hacia creación de un proyecto de vida en pareja deposita la clave del éxito en el otro 50% de la relación. Cuando la realización propia depende en semejante medida de otra persona, se corre un riesgo difícil de manejar. Quizás necesario, quizás el mal menor. 45 años llevan juntos los protagonistas de la nueva película de Andrew Haigh ("Weekend", 2011), una fortaleza con torreones y hasta foso de cocodrilos construida sobre el fantasma de una tercera persona implicada, muerta antes del inicio de la convivencia pero presente en cada esquina, impregnando con su esencia este hogar de la campiña inglesa. La fragilidad se hace patente cuanto mayor es el tiempo transcurrido, y la sobria franqueza con que el autor lo filma cala hondo. La alternativa cinematográfica al huracán "Star Wars".

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