La seriedad no mejora la calidad de una película, ni la comedia la disminuye. No tomarse en serio a sí misma no es la asunción de estar elaborando un mal producto, sino la capacidad de reírse de se maneja. Uno de los mejores ejercicios de análisis del lenguaje cinematográfico y de los estándares de los géneros son las comedias autoparódicas, y la mejor manera de comprender la ficción de los 80 en clave de serie Z es ver "Kung Fury" (2015). Este proyecto financiado por crowdfunding se propone combinar los géneros policiaco, artes marciales y los viajes en el tiempo, donde tienen cabida la mitología nórdica y vikingas a lomos de tiranosaurios rex. Su juego irreverente la acerca a la saga "Sharknado" (2013-2015), pero, a diferencia de ésta, se toma muy en serio el material que trata, al que respeta por encima de cualquier gag.

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