Jojo Rabbit está dirigida por Taika Waititi, quien demuestra ser uno de los directores más arriesgados e interesantes del panorama hollywoodiense. Además, él también actúa, y no hace un papel cualquiera, sino del mismísimo Adolf Hitler. Este es amigo imaginario del joven Jojo (Roman Griffin Davis), un nazi convencido que vive con fervor su nacionalismo exacerbado de niño. Su madre (Scarlett Johansson) mantiene lejos de sus ojos y oídos el secreto de que una niña judía (Thomasin McKenzie) está viviendo en su casa a escondidas. Cuando la descubra, la moral nazi de Jojo tendrá que ponerse a trabajar.

Mientras eso sucede, al niño le ocurren una serie de desgracias tras otras, siempre con la agradable compañía de un amigo gordito que es tan o más patoso como él. Se recrea el mundo nazi con un humor peculiar, negro y moral. Hay diálogos muy interesantes que, aparte de alguna que otra carcajada, dan que pensar. JOJO RABBIT puede pasar por una película cómica, familiar y a la vez moralista que podría haber arriesgado mucho más, pero que es totalmente disfrutable. Si Taika Waititi hubiera querido, se habría convertido en una obra referencia de la comedia. Aun así, ha obtenido 6 nominaciones a los Oscars, entre ellas a mejor película. No ganará ninguna, pero eso que se lleva.

En definitiva, JOJO RABBIT es una comedia negra sobre nazis, moralista, divertida y con una interpretación coral cuyos gags pueden funcionar mejor o peor, pero lo que no se puede infravalorar es la mala leche y la originalidad de la obra de Taika Waititi. Cine familiar, con grandes dosis de carcajadas y con personalidad propia. No os la podéis perder.