Es una película que hace una crítica mediante un realismo desgarrador. Nos refleja la difícil situación por la que pasan tres jóvenes en un gueto francés.
Por un lado, trata de enseñarnos las consecuencias que tiene criarte en un sitio así y dejar que tu vida se desarrolle ahí. Por otro lado, hace una crítica a la policía y muestra el odio generado por los habitantes del gueto hacia la policía y viceversa. Nos enseña que hay una total y clara falta de equilibrio entre ambos bandos.
Francia es el país donde más policía hay por metro cuadrado, en cambio, apenas suelen pasar por la periferia, que es donde se encuentran los guetos, tan sólo llegan para ejercer directamente una dura represión sobre ellos. La película nos hace meternos dentro de la situación de los personajes del barrio marginal, entendiendo y casi llegando a sentir el odio que se ha generado en los jóvenes hacia la policía y el sistema en general.
Aún siguen distinguiéndose las personas por la zona donde viven y por su economía, quizás las situaciones que se plantean en esta película partan mayormente de este absurdo contraste entre unos y otros. No debemos de olvidar que la policía es la pura intervención del Estado. Si estos jóvenes tienen tanto peso en contra...¿Sienten realmente que les queda algo que perder? No, solo les queda odio.