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Voto de Kasanovic:
3
Comedia Jose Mari y Primitivo son dos detectives en paro, han fracasado en su profesión y representan perfectamente a las irreconciliables dos Españas. La inesperada llegada de Gaje, un gitano golfo e incorregible seductor que les propone una disparatada misión, su suerte cambiará, pero a peor. En un país arruinado, con un gobierno bajo sospecha y una monarquía en declive, es decir, al borde del abismo, estos personajes se encargarán de darnos ... [+]
19 de julio de 2015
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado ya dieciocho años desde que Juanma Bajo Ulloa dirigiese Airbag, una cinta que intentaba, a través de personajes zafios y gañanes, dar un repaso en modo satírico a la realidad de España durante esa época. La intención era clara: ofrecer un festín de risas de una manera gamberra y divertida, entretener al espectador a través de delincuencia, de desenfreno, de tópicos, defectos y alguna que otra virtud de nuestro país. La película terminó siendo un éxito entre el público, pero el único responsable de ello no sólo fue su director, sino también un Karra Elejalde que, además de cuajar una gran interpretación, tuvo la idea original de llevar a cabo tal disparatado argumento.

Dos decenios más tarde, Bajo Ulloa y Elejalde vuelven a unir sus fuerzas en Rey Gitano que, ya desde su planteamiento inicial, da pie a trazar varios paralelismos con la mencionada Airbag. En este último trabajo del cineasta vitoriano, un presunto hijo bastardo del Rey Juan Carlos se presenta ante una pareja de desgraciados como un agente de inteligencia español y les conmina a localizar a alguno de los miembros de la Familia Real para tomarles una muestra de ADN, aunque el verdadero objetivo del hijo ilegítimo, de etnia gitana, es utilizarla para así probar su derecho al trono antes de que el Príncipe Felipe sea proclamado como monarca. Como es de esperar, el dúo formado por José Mari y Primitivo no es en absoluto eficiente y atravesará mil y un situaciones absurdas para tratar de cumplir con su misión.

Se agradece que desde el primer momento Bajo Ulloa actúe con honestidad. Tiene claro que su obra debe destilar comicidad por los cuatro costados, y que el humor empleado para ello debe ser fácil, directo y lo más chabacano posible. La trama, aunque más compleja de lo previsto en un principio, pronto se deja entrever que no es más que una excusa para fabricar risas. Sin embargo, durante las primeras secuencias de José Mari y Primitivo, se nota que algo no va bien. La esperada carcajada no llega, por mucho que Karra Elejalde y Manuel Manquiña se esfuercen con su hábil registro cómico, no hay material en el guión para hacer reír a la gente. Poco a poco, se nota la escasa calidad de los chistes, algunos ya muy manidos y otros que, de tan burdos, pierden cualquier atisbo de gracia. Los personajes tienen cierta chispa; los gags, no.

La situación no hace más que empeorar en lo que se refiere a los secundarios. Arturo Valls no está del todo cómodo en su papel de Gaje aunque, por fortuna, consigue evitar las exageraciones. Pero no deja de ser un personaje fácilmente olvidable; esto también le sucede, de una manera aún más terrible, a María León como Dolores, la hija de José Mari, sin ninguna repercusión en la obra. Los miembros de la Familia Real no están mal caracterizados, pero les falta gancho (sólo es realmente graciosa la escena de Juan Carlos en el confesionario). En el plantel de malos no destaca nadie, pecando de muy soso el personaje de su cabecilla Rosa María Sardá. Algo más de sentido cómico poseen los posteriormente bautizados como Canta y Mañanas, a buen seguro los papeles mejor escritos de toda la película.

En Rey Gitano tampoco hay rastro de aquella crítica social a modo de sátira que vimos en Airbag. Los dos protagonistas están muy marcados ideológicamente, pero en ningún momento se explota esta situación para tirar un dardo a cualquiera de los bandos. No se aprovecha la presencia de un tipo del FMI o de chinos en la banda de organización criminal, tampoco se dispara contra los políticos (más allá de un par de apellidos con poca gracia) o a la Familia Real, aunque en la confesión del Rey sí hay un mínimo intento de echar picante al asunto con Urdangarin.

Al final, lo que pretendía ser una especie de sucesora espiritual de Airbag falla rotundamente en sus intenciones, ya que ni existe un humor a la altura de ésta (que tampoco era un prodigio, pero sí poseía bastante tino), ni consigue situarse a la altura de su tiempo, convirtiéndose en una obra bastante impersonal en la que ni siquiera queda la excusa de pasar un rato divertido. Rey Gitano parte de unos aceptables propósitos, pero las comedias absurdas tienen su límite en la sátira y el entretenimiento. Si no se llega a ninguna de estas dos metas, el tono cómico pierde su propósito y se torna en fallido. Por desgracia, es lo que sucede aquí. Nos seguiremos quedando con la muy interesante Airbag.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
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