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España España · Los Ángeles en 2019
Voto de Matthew Nostromo:
10
Terror. Intriga. Thriller Marion Crane, una joven secretaria, tras cometer el robo de un dinero en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño y apartado motel de carretera regentado por un tímido joven, Norman Bates, que vive en la casa de al lado con su madre. (FILMAFFINITY)
21 de noviembre de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad;si lo hiciera dejaría de ser artista”. Así dijo Oscar Wilde y le sobraba razón en cada una de sus palabras. Artistas de una mente bohemia insondable, ideas magníficas (e inalcanzables para gente corriente como nosotros) revolotean por sus cabezas. Literatura; Dumas, el mismo Wilde o García Márquez, en Pintura; Botticelli, Picasso o el lúgubre Bacon, y en Cine diría; Wilder, Kubrick o el director de esta inconmensurable obra maestra, el cineasta sin precedentes Alfred Hitchcock. Todos estos son humanos que aparentan residir en dimensiones paralelas, propias de una genialidad indeleble y mentes prodigiosas.

Sorprendió con “Rebecca”, un film de una tensión narrativa onírica, mágica y que sentaría las bases de un estilo archiconocido. Años después llegó una dosis impagable de intriga y entretenimiento con “Encadenados” con Cary Grant en cabeza, actor que utilizaría en cuantiosos proyectos suyos. Repasando los metrajes más destacables de la filmografía del genio, toca nombrar “Extraños en un tren”, película de suspense muy palpable y en el que lo macabro empieza a tomar notoriedad. Y pronto llegarían los clásicos incombustibles. Primero “La ventana Indiscreta” alcanzó niveles de guiones perfectamente estructurados insospechados. Con posterioridad llegó “Vértigo”, film calificado por críticos de renombre como la mejor película de la historia. Una historia de doble, triple sentido, obsesión, amor y thriller se juntan en ese absorbente clásico. Pero antes de “Psicosis” vendría “Con la muerte en los talones”, metraje de espionaje sofisticado, y dos horas de disfrute insólito. Y llegó el año 1960, año de “Psicosis”.

Como toda película propia de Alfred el suspense y el thriller se apodera de una trama de atracción inexorable. Paulatinamente se condimenta de un detallismo que causa gran fascinación en diversas edades. Comienza con un melodrama clásico, varia con fuga y huída a suspense, y así el maestro nos embauca con un dinamismo que pocas veces lucía tan minucioso. Todo resulta limpio, impecable, la música retumba con violines estridentes, la fotografía embellece una puesta en escena inefable con mis palabras (cenitales magistrales, secuencias que preveen el terror...), y unas actuaciones que te estremecen con la historia que tanto revuelo causó, y que tantos miedos despertó. Montaje, guión, actuación causaron eureka en el espectador. ¡Eureka!, encontré una de las mejores películas de la historia.

“Psicosis” es un icono del cine, y del arte en sí. Un conjunto dotado de intimismo, retrospección mental y perversión en la obra más meticulosa y taquillera de Alfred. Si nos ponemos a pensar porqué es tan icónica, sacaremos conclusiones hasta de los créditos. ¿Sus actuaciones son suntuosas?, más que eso, pavorosas, espléndidas. ¿Es su puesta en escena perfecta?, no me cabe duda de que la manera en la que orquestó Hitchcock la puesta en escena y fotografía es una de las más bellas y adictivas que se hayan hecho nunca. ¿Tiene la trama suspense y buen guión?, se basó en Bloch, pero la forma en la que fue variada fue muy superior, todo resulta siniestro e innovador. ¿Y porqué es tan icónica?, por todo esó y más, ah y por tener la secuencia más inolvidable y que dejó perplejo en los 60 y que su innovación inaudita sigue en vigor. ¿Y porqué innovó de tal manera?, el slasher no lo crearon los ochenteros directores ambiciosos de sangre, sino un genio con un talento que lo usó de una manera exacerbadamente genial. Creó el slasher con asesino encarnado perfecto, y con sangre hecha con sirope de chocolate.

Repasé la más cautivadora filmografía, el conjunto intachable y perfecto que es “Psicosis”, la solución al porqué causó fascinación, porqué es tan icónica, hasta con que se hizo la sangre más sutil del cine. Ahora me rindo a los pies del maestro y concluyo alabando a la gran obra que supone esta película. Puede que mis palabras resulten un poco obsoletas por que ya se dijo todo de “Psicosis” pero en mi camino a mi anhelado futuro, debo decir estas palabras.

El Motel Bates dio cobijo a una obra maestra equiparable a películas ya encumbradas en los más alto del séptimo arte. Y una vez vista, ya vislumbro en lejanía un trozo de mente humana trastornada con una posterior lobotomía de Hitchcock para convertir pensamientos enfermizos e impulsivos en objeto totémico del cine y del arte. Sublime, y más que genial.

Arrivederci CINÉFILOS.
Matthew Nostromo
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