''Rojo'' es para mí la mejor película de la trilogía; es el diamante que culmina una pirámide de clásicos, en crescendo. Tal vez ''Blanco'' deja un poco sorprendido al espectador tras haber visto ''Azul'', tan fría y a la vez tan emotiva.
''Rojo'' no es sólo el color más cálido, que mitiga el frío de azul y blanco. Es una película cargada de simbología, es la historia contada de nuevo pero con un final distinto. Los protagonisas caminan juntos, pero en planos paralelos, tan cerca, a milímetros. Es como ver dos partes complementarias que se persiguen la una a la otra. El maestro de ceremonias, en el personaje del letrado ya jubilado, es el mejor narrador que podría haber: los errores del pasado con la oportunidad de redimirlos en otros personajes.
Lo mejor de la película: el final, no sólo porque cierra un círculo, sino porque es un guiño al destino. En ''Rojo'' sí pudo ser.