Haz click aquí para copiar la URL
Voto de palandam:
10
Comedia. Ciencia ficción A la Tierra llega una nave espacial, dejando abandonado a un ser extraterrestre. Éste se encuentra con un niño con el que entabla amistad. Parodia de la película "E.T., el extraterrestre", de Steven Spielberg.
1 de marzo de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A rebufo del fenómeno cinematográfico que supuso la cinta de Spielberg de 1982 “E.T., el extraterrestre”, los hermanos Calatrava realizaron un año después esta película homenaje titulada “El E.T.E. y el Oto”. Para esta colosal adaptación, se pusieron bajo las órdenes del director Manuel Esteba, a la sazón realizador de películas de calidad relativa como “Viciosas al desnudo” y “Los Kalatrava contra el imperio del kárate”, también en colaboración con los hermanos Calatrava. En este sentido, “El E.T.E. y el Oto” puede ser considerada una película fundacional dentro del género mockbuster español, a la que se unirían en las décadas siguientes cintas como “Brácula: Condemor II” y “Spanish movie” con el afamado cómico y actor malagueño Chiquito de la Calzada, entre otras.

Si bien, “El E.T.E. y el Oto” sigue de forma sui generis la trama spielbergiana original, el guion (también firmado por los hermanos Calatrava y Manuel Esteba) se desvía en cierto momento haciendo suya la historia y añadiendo nuevos matices a la relación del extraterrestre con el niño. Prueba de ello, es que la productora de Spielberg pidió una copia de la cinta y, al ver el resultado de la adaptación española, rechazó denunciarlos por plagio. Entre estos matices, podemos encontrar una referencia simbólica a la tradición mesiánica neotestamentaria. En efecto, el E.T.E., magistralmente interpretado por el feo de los hermanos Calatrava (que en ocasiones es indistinguible del guapo), es un trasunto de Jesucristo. Así, tanto el E.T.E. como Jesús de Nazaret provienen de otro mundo, bajan a la Tierra con una misión, congregan seguidores (los apóstoles en el caso de Jesucristo, los niños en el caso del E.T.E.), son perseguidos por las autoridades, mueren, resucitan y abandonan finalmente el planeta Tierra de regreso a los cielos, dejando su legado de paz y amor entre los humanos. Todo ello aporta una perspectiva genuina a la trama que, si bien se vislumbra en la cinta de Spielberg, en “El E.T.E. y el Oto” se hace más evidente, engrandeciendo la historia original en la que se basa.

En los aspectos técnicos, la cinta homenaje de los Calatrava adolece de los impedimentos que supuso no tener un gran presupuesto, ni de lejos cercano a los 10,5 millones de dólares con los que contó la película de Steven Spielberg. Por ejemplo, en lo que se refiere al maquillaje y diseño de vestuario, pueden encontrarse ciertas diferencias entre la estética de E.T. al compararla con la de el E.T.E calatravesco, aunque a veces no se haga demasiado evidente y cueste distinguir al extraterrestre de Spielberg del representado por el feo de los hermanos Calatrava. En este sentido, es mérito del actor español el que, a pesar de esa enorme diferencia de presupuesto, supiera captar la esencia del alienígena original, echando mano de gestos faciales y sonido guturales con los que compensar la falta de recursos económicos, recursos con los que sí contaba la película del famoso creador de “Encuentros en la Tercera Fase” o “Indiana Jones”.

Algo similar puede decirse de los efectos espaciales, algo más contenidos en la película de los hermanos Calatrava. Sin embargo, no se echan de menos, dando por buena la afirmación de que “menos es más” y que puede contarse una misma historia de mejor modo sin necesidad de recurrir a la parafernalia de los efectos visuales, los cuales pueden distraer del sentido profundo de la historia que se nos narra. En este aspecto, El E.T.E. y el Oto supera de lejos a su antecesora e inspiradora.

En cuanto a la banda sonora original, corre el rumor de que los hermanos Calatrava también quisieron hacerse con los servicios de John Willians. No obstante, al parecer dichas negociaciones se rompieron debido no solo a las estratosféricas exigencias económicas de Willians, sino también a las reticencias que le provocaba trabajar en una película que podía suponer una clara competencia a la de su amigo Steven Spielberg. Como contrapartida, el encargo de la banda sonora recayó en el catalán Josep Maria Bardagí, autor de obras magnas como la serie de dibujos animados “Marcelino, pan y vino”, o varias películas del trío cómico Tricicle.

En definitiva, nos encontramos ante una película de culto que, como poco, iguala y en ocasiones incluso supera a la cinta de Spielberg. Aun así, fue denostada incomprensiblemente por la crítica de la época, la cual, pasados los años y con la perspectiva que nos otorga el tiempo, podemos acusar cuanto menos de injusta. Unas críticas que no supieron entender la gran obra maestra ante la que se encontraban. Una película incomprendida que supo seguir el zeitgeist de su tiempo y que abrió un nuevo camino de posibilidades dentro del cine patrio.
palandam
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow