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España España · Madrid
Voto de Alonso:
5
Drama. Romance En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds conoce a Alma (Vicky Krieps), una dulce joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la ... [+]
4 de febrero de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este viernes se estrenó en los cines "El Hilo Invisible", la nueva película de Paul Thomas Anderson. Fui a verla con Javi, mi compañero del blog, ya que él es el que se maneja mejor en estos círculos más "culturetas" de cine y me aseguró que ese director es un genio. Y aunque no voy a desdeñar ni por un segundo la labor de Paul, las sensaciones que me dejó "The Phantom Thread" fueron frías. Pero mejor empecemos por los puntos positivos. La reseña carece de spoilers.

La historia gira alrededor de Reynold Woodcock (Daniel Day-Lewis, cuya magnífica interpretación le hace merecedor del Oscar), un modisto en la Inglaterra de los años cincuenta que en uno de sus viajes descubre a su musa en un café (Alma, pobremente interpretada por Vicky Krieps), a la cual empieza a arrastrar de un lado para otro debido a que sus proporciones le parecen perfectas. Los problemas surgen cuando ella se obsesiona con él y su actitud posesiva choca de lleno con el individualismo y la adicción al trabajo de WoodCock, el cual sigue traumatizado por la pérdida de su madre desde hace años.

Fui a verla por el director, y su trabajo ha sido simplemente sobresaliente. Es un estilo muy sobrio y sencillo, que no llama la atención de su estética o sus planos a pesar de transmitir imágenes hermosas. La fotografía de esta cinta quizás no sea tan resultona como la de, pongamos, Roger Deakins (Blade Runner 2049, Sicario); pero sales del cine y sigue contigo. No te das cuenta de lo bonito de sus planos hasta que te pones a pensar en ellos, y de repente llegas a la conclusión de que ha sido una experiencia visual la mar de agradable. Además, esa humildad y sutileza le sienta muy bien al estilo narrativo, pausado pero no lento. Varias escenas se quedarán para la posteridad.

La banda sonora es un pepino, y africano, que son más grandes. Está compuesto de hermosísimas piezas de piano y violín que transmiten a la perfección el tono de la escena, llegando incluso a hacer de un momento aparentemente alegre como puede ser una fiesta de noche vieja se vea como algo triste e incluso dramático. Y aunque al principio del largometraje Daniel parece no saber lo que es el botón de "off", con el avance del mismo aprende a controlarse y la colocación de la banda sonora mejora notablemente.

Si tuviera que definir con una sola frase "El Hilo Invisible" sería "estudio de personajes". Se nos presenta a dos sujetos opuestos como pueden ser Woodcock y Alma, cuyas personalidades y objetivos chocan en las partes más hondas de su psique. Él la necesita por su trauma, pero a su vez la aborrece por ser impertinente y quererle sólo para ella cuando su pasión es su trabajo. Ella le desea porque le hace sentir especial y única, pero también le desprecia ya que la atracción no es mutua. Este enfrentamiento, mucho más complejo de lo que a primera vista puede parecer, termina con un final sorprendente que logra casar el hilo temático sobre las relaciones tóxicas con una conclusión inesperada. Es raro y hay que entender perfectamente cómo funcionan Alma y Woodcock para pillarlo, pero es un final arriesgado que cierra de forma magnífica este estudio de personajes del que he estado hablando.

Sin embargo, la razón por la que no he podido disfrutar de esta cinta y por la que en mi FilmAffinity le he dado un pobre 5 de "Pasable" es porque los personajes, aunque profundos, no me interesaban lo más mínimo. Toda la sala contemplando de forma embelesada la pantalla, pero yo me sentía frío porque no le encontraba la gracia a las escenas, no me importaban. Con esto no quiero decir que me "aburriese", pero salí del cine con una cara de Poker con la que hubiera ganado mundiales. Estaban bien a todos los niveles, menos en el de carisma: No me parecían atractivos. Que ambos sean terribles personas no es el problemas, a fin de cuentas mi personaje favorito en cualquier medio artístico es una hipócrita y horrible amiga, pero el director nunca llegó a lanzarme un gancho con el que verdaderamente me sintiera, como dicen los ingleses, "invested in the characters".

Obviamente este último párrafo es profundamente personal y subjetivo, y sin duda alguna recomiendo "The Phantom Thread"; pero se me queda la espinita de haber estado frente a un dúo bastante genial y no haberlo disfrutado lo más mínimo.

Más reseñas y reflexiones de toda clase en "http://laesquinadelatostadora.blogspot.es"
Alonso
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