'El profesor' (Detachment) es una película que puede verse como una repetición de otros filmes -como por ejemplo 'La clase', pero con menos profundidad en el tema educativo-; o quizá, como una película que va más allá de éstas y que aporta otra dimensión más ambiciosa como es la felicidad y la comprensión del comportamiento humano adulto - véase en la inclusión del cuidado del abuelo o en el sentimiento depresivo y altruista del protagonista-. Sea cual sea la percepción del largometraje, la película del director Tony Kaye es sólida, con algunas escenas increíbles y que golpea y agita tanto el corazón como la conciencia.

Bajo una realización con el habitual recurso de cámara en mano y unas brillantes actuaciones que impactan en el espectador, en la que destaca la capacidad carismática de Adrien Brody, reside una reflexión que engancha desde el primer momento y que sumerge al público en una sustanciosa historia. Aunque es cierto, que el guión de ‘El profesor’ (Detachment) pueda pecar de un exceso de planteamientos pretenciosos que no terminan de resolverse, la película en su conjunto es un tipo de cine que hace pensar al espectador y, además, de una forma elocuente. Que en esta época algo consiga esa hazaña, lo convierte en un documento a tener en cuenta y que se agradece.