La película parte de la misma base de su antecesora: posesiones, demonios, muertes.
El ambiente es prácticamente el mismo: cabaña aislada en el medio de la nada, donde personas infortunadas van a buscar respuestas acerca de un antiguo libro (El libro de la muerte).
Otra cosa que comparte con la primera parte es la cámara moviéndose a toda velocidad, dando a entender que son los 'demonios' acechando y persiguiendo a sus víctimas. Me parece correcto ese efecto.

También quiero aclarar que no sé si los creadores de esta saga querían causar verdadero miedo o querían hacer que los espectadores se diviertan con estás películas.
Yo pienso que en sus estrenos pretendían (y seguramente lo dieron) dar miedo, pero vistas hoy en día no lo dan, son comedias de terror.

Tiene escenas realmente graciosas, algunos 'sustos' bien logrados, es muy entretenida y se explora mucho más el personaje de Ash Williams (que más adelante se convertiría en un ícono del terror).
Las actuaciones no son dignas de premios, pero tampoco defraudan, cumplen con su propósito. Hay litros y litros de sangre lo cual es agradecido por los aficionados al género.

El final: inimaginable, muy bueno.

Groovy.