"Los 4400" es una serie fantástica y de intriga. Su trama es bastante original y consiste en que un buen día un grupo de 4400 personas, que habían desaparecido a lo largo de los últimos cincuenta años, reaparecen todas de golpe en una enigmática y extraña bola de luz. La noticia de que los regresados poseen poderes y vienen para salvar a la humanidad de una catástrofe, conmociona y conmueve a la opinión pública mundial, pero los gobiernos no se fían de ellos e intentan descubrir qué ha sucedido y qué cambios se han producido en los regresados. La serie tiene un cierto parecido a "Expediente X", es altamente adictiva desde el primer capítulo, tiene acción, emoción, intriga y carácter novedoso. Las dos primeras temporadas son lo mejorcito de este producto. Posee una trama central que sería el enigma por saber quiénes son los 4400, cómo han llegado, para qué han venido, y la conspiración que pone en marcha el gobierno contra ellos. Y por otro lado, tiene capítulos sueltos en los que se investigan fenómenos aislados sobre los poderes de algunos de los 4400. Tanto la atrapante intriga como la buena interpretación de los actores hacen que sigas el producto con gran atención. Y es que los personajes son muy buenos: Tom Baldwin y Diana Skouris son los agentes del gobierno que investigan a los 4400, el romance entre Richard y Lily es bonito y seductor, la habilidad curativa de Shawn es increíble, el carisma y liderazgo de Jordan Collier impresionante, etc. Si a esto añadimos una estupenda banda sonora (te gustará hasta el opening de la serie), y un aceptable aspecto técnico (fotografía, vestuario, efectos especiales, etc), el resultado es una serie de sobresaliente y que prometía muchísimo. Ahora bien, poco después de comenzar la tercera temporada, te das cuenta de que se está truncando la magia de la serie, porque desvelaron el meollo de la cuestión demasiado pronto (quiénes son los 4400 y de dónde vienen) y también debido al "estirón" de Isabelle, un personaje que a partir de aquí se convierte en el cáncer de la serie. Sea como fuere, la tercera temporada se llena de capítulos de relleno y de otros que lejos de hacer avanzar la trama principal de la serie, lo que hacen es liar la madeja, rizando el rizo con el único propósito de estirar la serie todo lo posible. A pesar de todo, esta tercera temporada todavía se mantiene a un cierto nivel, no es tan trepidante ni engancha como las dos anteriores pero entretiene (y eso no es poco, tal y como está la cosa hoy en día).

Continuo con la crítica en el "spoiler", ya que es demasiada extensa: