De entrada, me gustaría advertir a los futuros espectadores de este filme de que no van a ver una película de terror al uso. “La trampa del mal” es un thriller de corte sobrenatural e intriga de todas todas. Creo que quien vaya predispuesto a ver solamente una propuesta de terror puede salir decepcionado del cine. Así pues, opino que si quieres ver cine de terror esta no es una buena opción (al menos al 100%) por lo que, personalmente, buscaría otra cosa en la cartelera.

El escenario durante gran parte de la película es exclusivamente el interior de un ascensor con 5 personas dentro. Esto hace que tenga que reconocer que es un gran logro que no te aburras con esta sencilla propuesta. Sí, desde luego que es meritorio, pero un servidor no comparte el entusiasmo desbordante de muchos por este filme. Para mí, “La trampa del mal” es un filme correcto, para pasar el rato y al que le voy a dar un aprobado porque sin duda se lo merece… aunque eso es todo, la cinta cumple, sin más.

Entre todos sus aciertos me voy a quedar con la atmósfera maligna que sabe transmitir al espectador (ese comienzo del filme con las vistas panorámicas del revés y con la música chirriante de fondo logra captar tu interés). También posee un par de escenas bastante logradas (de esas que consiguen asustarte), te mantiene tenso durante todo el relato y, como he dicho anteriormente, no aburre en ningún momento (esto lo consigue porque el filme no llega a los 80 minutos. Si fuera como las cintas actuales, que duran más de dos horas, entonces no habría forma humana de sostener el relato).

A pesar de que me ha resultado una cinta entretenida, eso no quiere decir que no le encuentre pegas: el guión tiene muchas más lagunas de las que aparenta una vez que la rebobinas mentalmente al terminar de verla. Sé que es una cinta sobrenatural, que la verosimilitud hay que dejarla aparte, pero no dejo de pensar en que si Satanás existiera no creo que se dedicara a darle por culo a un grupo de “don nadies” que se montan en un ascensor (no sé, creo que se dedicaría a hacer otras cosas más importantes). Luego, tenemos el hándicap de que no se vea un carajo en las escenas de las muertes (o bien está la luz apagada o bien parpadeando sin que se aprecie nada con nitidez). Puede que algunas veces sea más sugerente insinuar que mostrar, pero es que aquí se pasan 4 pueblos porque no se ve nada de nada. Y, por último, menudo desenlace más insípido y en forma de moralina barata (con vuelta de tuerca rebuscadísima de regalo)… por el amor de Dios, que cosa más artificial, de verdad.