No se puede decir que el género vampírico esté muerto, pues no dejan de salir productos nuevos sobre este tema (la saga Crepúsculo, "True Blood", "The Vampire Diaries", etc). Pero, personalmente, desde la película "Blade" hasta hoy en día no me ha gustado nada de lo que he visto sobre los chupasangres, salvo la serie "Moonlight" que sí fue de mi agrado. "Daybreakers" no deja de ser una vuelta de tuerca más en el mundillo sobreexplotado de los vampiros, quizás incluso hasta una cinta oportunista que intenta aprovechar el tirón del momento. El filme no es gran cosa, promete mucho al principio pero luego todo se va diluyendo como un azucarillo en una taza de café hasta convertirse en algo del montón, en un producto de usar y tirar, nada más. El filme es muy irregular, cuesta asignarle una nota porque tiene tanto cosas buenísimas como otras que son para llevarse las manos a la cabeza. Sin embargo, vaya por delante que la prefiero antes que a la amanerada saga Crepúsculo o a la castaña pilonga de "True Blood" (no sé que coño le han visto algunos a semejante tedio). Si buscabas vampiros de verdad, este filme te trae de los auténticos, de eso no tengas ninguna duda. Aquí vas a ver colmillos, mordiscos en la yugular, mucha sangre y violencia. Analizando la cinta en más profundidad, tengo que decir que la primera media hora es lo mejor que he visto en el cine de vampiros desde hace muchísimos años. La idea es genial, muestra a una sociedad donde los vampiros han triunfado, es decir, son la raza que predomina en el planeta y los humanos son perseguidos para ser capturados. Son meramente trozos de carne, alimento para los que están en la cúspide de la cadena alimenticia. En este punto, el filme es interesante y original con los vampiros como dueños y señores del mundo y con los humanos enfrentándose a su extinción. La verdad es que en ese momento te frotas las manos ante lo que estás viendo y te esperas muchísimo más. Pero por desgracia, a partir de la visita de los humanos al hematólogo vampiro (Ethan Hawke), el filme comienza a chirriar por todos lados. Parece como si a los guionistas se les hubiera agotado la imaginación, y toda la trama pasa a convertirse en algo de lo más absurdo e inverosímil. Empiezan a aflorar las típicas frases mongólicas del héroe de turno en las escenas de acción, el desarrollo de la historia se convierte en un simple conflicto entre los vampiros que son malos y los humanos que son buenos, y sigue decayendo la cosa hasta naufragar estrepitosamente en su último tercio (mención aparte merece esa patética escena final a lo "zombie", con la que me entraron ganas hasta de tirar la pantalla del pc por el balcón abajo). Sobre el aspecto técnico y los actores seré breve: los efectos especiales son de andar por casa, ya que el presupuesto es modesto (20 millones). Los actores están correctos sin más. Ethan Hawke un poco sosete, Willem Dafoe tiene buenos momentos pero en otros está espantoso, y Sam Neill es quizás el que está más acertado.